España tiene que aumentar el número de donantes de plasma para ser autosuficiente y no tener que comprarlo fuera: necesita al menos 1,1 millones de litros de esta materia prima primordial para la supervivencia de muchos enfermos, 758.000 litros más de los que produce.
El plasma es el material básico de partida de muchos medicamentos, económicamente importante y sometido a un alto riesgo de interrupción en el suministro"El plasma es el material básico de partida de muchos medicamentos, económicamente importante y sometido a un alto riesgo de interrupción en el suministro", ha resumido Cristina Arbona, directora técnica de la Fundación para la Calidad en Transfusión, Terapia Celular y Tisular (FCAT), durante la VII Jornada de Divulgación HematoAvanza de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) celebrada esta semana.
Dicho componente supone el 55 % del volumen total de la sangre; además de glóbulos blancos, rojos y plaquetas, contiene multitud de proteínas, entre las que destacan las inmunoglobulinas, que protegen de las infecciones, o la albúmina, que transporta hormonas y fármacos hasta los tejidos.
30.000 PACIENTES DEPENDIENTES EN ESPAÑA
Con él se hacen transfusiones a personas que han sufrido grandes quemaduras o accidentes porque ayuda a detener hemorragias y recuperar el volumen sanguíneo, pero la mayor parte se destina a la elaboración de hemoderivados para el tratamiento de inmunodeficiencias primarias o patologías como la enfermedad de Kawasaki, el síndrome de Guillain-Barré o la trombocitopenia inmune.
En la UE, alrededor de 300.000 pacientes dependen de estos medicamentos, más de 30.000 de ellos en España; las previsiones apuntan a que en 2026 se necesitarán 93,2 millones de litros de plasma para cubrir la demanda global de inmunoglobulinas, frente a los 57,8 millones de litros que se requirieron en 2018. En Europa, serán necesarios 23,4 millones de litros.
Inglaterra, Italia y España son los países con mayor déficit de plasma; en nuestro país se ha disparado el consumo de inmunoglobulina un 106 %, pero el aumento de la producción se ha quedado en un 66,8 %, con lo que su autosuficiencia -para lo que se requiere alcanzar un 80 % de plasma autóctono- ha caído del 43 % de 2011 al 34,3 % en 2021.
Es decir, ha producido 407.857 litros de plasma cuando necesita 1.166.007. Faltarían 758.150 litros más.
Respecto a la albúmina, el consumo ha subido un 76 %, pero la producción se ha quedado en un 51,4 %, con lo que el porcentaje de autosuficiencia ha caído 10 puntos del 69 % al 59 %; serían necesarios casi 300.000 litros más hasta llegar a los 673.959 frente a los 407.857 litros recopilados.
ESTADOS UNIDOS, PRINCIPAL PROVEEDOR
La UE se dio cuenta de la grave carencia de plasma en 2017, y desde entonces viene aliviando sus necesidades desde terceros países, especialmente Estados Unidos, donde estas donaciones se compensan económicamente, mientras que el principio básico europeo es que cualquier donación de cualquier sustancia de origen humano debe ser altruista.
Ese principio se dejó notar durante el primer año de pandemia, cuando el plasma donado en Europa "no bajó excesivamente". "El europeo entiende perfectamente que es una necesidad y no hubo nada más que un 5 % de disminución, cosa que no ocurrió en Estados Unidos", ha valorado Arbona.
Poco a poco, la urgencia de este líquido amarillento ha ido ganando visibilidad "y ya no suena raro"; de hecho, España trabaja desde hace tiempo en un Plan Nacional de Plasma.
La donación se hace por plasmaféresis, que tiene la ventaja de permitir mayor frecuencia de donaciones -hasta 6 veces al año-, y se puede alternar con la de sangre. Es una técnica sencilla y segura sin más molestias que la convencional, salvo por su duración, que alcanza los 45 minutos.
OBJETIVO, 100.000 DONANTES
De acuerdo con los últimos datos disponibles del Ministerio de Sanidad, correspondientes a 2021, ese año se realizaron un total de 65.036 plasmaféresis, un 28,7 % más que un año antes.
Con la campaña "Plasma lo que llevas dentro. Salva vidas DONANDO PLASMA" puesta en marcha hace unos meses -paralela a la que también han ido desplegando las comunidades-, Sanidad se ha marcado como objetivo llegar a los 100.000 donantes de este componente, para lo que no es necesario más que tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos y tener buena salud.
El año pasado, la Asociación Española de Déficit Inmunitarios Primarios (AEDIP) promovió un consenso español en defensa de la suficiencia de hemoderivados sellado por organizaciones de pacientes, donantes de sangre y sociedades científicas, en el que se achaca la escasez de donaciones de plasma a la falta de priorización política, de información y de facilidades para donar y la infraestructura rígida para la donación de plasma.
"Los centros tienen que estar preparados, tener personal formado, con las máquinas y los equipos suficientes; tenemos que reconocer y dar seguridad a los donantes y desarrollar planes de contingencia", apunta Arbona, que se muestra no obstante optimista porque "España es extraordinariamente solidaria".