La canción Friends integró la banda sonora de Luna nueva -segunda parte de la saga Crepúsculo- y desde entonces todo ha resultado un poco más fácil para el trío de Southampton. “Nos ha permitido llegar a una audiencia mayor y distinta”, asegura la cantante y bajista Emma Richardson.
Ocho meses después de aquel trampolín, Band of Skulls publica en España su primer disco de estudio, Baby darling doll face honey, un compendio de influencias que oscilan entre el garage rock, el folk, el blues o el pop acústico.
“Somos muy competitivos a nivel creativo y nos retamos entre nosotros para ver qué somos capaces de sacar en el estudio. Eso nos lleva a hacer una música mejor”, plantea Richardson, que completa la formación junto a Russell Marsden -voz y guitarra- y Matt Hayward -batería.
Aunque Band of Skulls nació en 2008, estos tres colegas de la universidad ya llevaban un tiempo en el negocio musical. “Tuvimos un primer experimento que se llamaba Fleeing New York, y luego vino un periodo, en el que no teníamos nombre, durante el que compusimos la mayoría de las canciones que hay en el disco”, recuerda Richardson.
Light of the morning, Fires, Impossible o Cold fam son algunas de las piezas reunidas en el álbum, que intercala cortes minimalistas con otros que se arrojan en brazos de la exuberancia.
“Nos gusta que cada canción sea distinta a la anterior, pero siempre dentro de las señas de identidad del grupo”.