El coordinador del sindicato ITF (Federación Internacional de Trabajadores del Transporte) para España, José Manuel Ortega, mantuvo ayer contacto con los propietarios, mientras que el canal de comunicación con el armador permanece cortado.
Según Ortega, los propietarios del cemento quisieron conocer la deuda que se mantiene con la tripulación así como la detención determinada por Capitanía Marítima tras la inspección del buque realizada el pasado lunes.
En principio, los dueños de la carga “tienen intención de que el barco continúe su viaje. Tras recabar la información, en unos días verán lo que pueden hacer”.
En cualquier caso, desde ITF se aclara que los tripulantes “no se fían en ninguna de las circunstancias. Lo único que quieren es rescindir su contrato, cobrar el salario y volver a casa”.
De esta forma, el propietario de la carga deberá buscar una nueva tripulación que esté dispuesta a retomar el viaje hasta el congoleño puerto de Matadi.
Eso sí, la reanudación del viaje se produciría después de que se subsanasen las cinco deficiencias detectadas en el examen de Capitanía, una de ellas grave y que hace referencia al motor de propulsión principal. Las otras deficiencias hacen referencia a la “cantidad” y “calidad” de las provisiones así como a problemas eléctricos y en los espacios de trabajo.