A diferencia de lo que se pudiera pensar en un primer momento, el perfil principal de un niño abusador no es el del hijo de una familia problemática, lo es el hijo de una familia ultrapermisiva que no le pone límites. Así lo aseguran desde la Policía Nacional que, coincidiendo con el nuevo curso que se inicia ahora, intensifica las labores de concienciación en la lucha contra el acoso escolar.
Igualmente, la principal etapa en la que se detectan estos problemas es en los dos últimos cursos de Primaria y los dos primeros de Secundaria. Aunque, desde hace unos años, el incremento del ciberacoso, coincidiendo con el augo de las redes sociales, ha hecho que se ponga también el foco en este nuevo tipo de problemática.
Desde la Policía Nacional se trabaja en conjunto con los profesionales de la docencia para acabar “con esta lacra”, como comenta Adrián Domínguez, portavoz de la comisaría de Jerez. Se trabaja junto con los centros para detectar estas situaciones, aunque “sigue habiendo niños a los que les gusta ofender, creyéndose que así se hacen más valer o son más guays”. Intentan enseñar empatía “para que sean capaces de ponerse en la piel del agredido y puedan ser ellos mismos sin necesidad de hacer daño a nadie. Ser cruel no te hace más molón”.
El 95% de los casos se resuelven en el mismo entorno escolar, como mucho en Inspección de Educación y en los casos más graves es cuando se abren diligencias policiales para enviarlo a la Fiscalía de menores “porque los padres también tienen derecho a que se tomen cartas en el asunto”.
Las acciones que se realizan se enfocan, sobre todo, a clases de apoyo en este sentido, igual que las de apoyo contra la drogadicción. Y es que, la Policía se centra mucho en que “ya no hay acoso sin ciberacoso”. Ahora se observa que los casos de acoso se dan en las redes sociales, algo que “hace mucho más daño” porque el chico que es ciberacosado lo es durante las 24 horas del día, no solo cuando está en el colegio o en el instituto. “Queremos que los alumnos se pongan en la piel de los demás” ya que, advierte Domínguez, que el acoso escolar “es un delito tipificado contra la integridad moral. Luego viene el llanto de los agresores, pero si has estado seis o siete meses haciéndole la vida imposible a un compañero o una compañera, vas a tener que responder judicialmente”.
En la mayoría de los casos “nos encontramos con claustros de profesores extraordinarios y nosotros intentamos ofrecerles ese apoyo”. El escenario que se encuentra la Policía es, en el menor de los casos, “niños que vienen sin valores de familia por ser familias con entornos violentos. Pero las familias ultrapermisivas que consienten todo a los niños hacen que se vuelvan déspotas dentro y fuera de casa. Ese el mayor perfil del acosador”, explica el portavoz policial, que cuenta que “hablamos con los padres y los acosadores porque tienen que percatarse que lo que han hecho no está bien. Y trabajamos siempre con las víctimas y apoyarles por si hay que derivar a psicología infantil para que recuperen la autoestima”.
Las redes sociales “han irrumpido de forma salvaje en la vida de todos”. Muchas veces la empatía “se puede tener de tú a tú y los niños la pueden tener cuando miran a otro a los ojos, pero mandar una foto ofensiva o hacer un vídeo denigrante es más fácil porque a través de la pantalla no se tiene esa empatía”. Ese acoso constante que sufren las víctimas son “los casos más graves” porque puede llegar a la autolesión. El acoso no cesa cuando el chico sale del centro, sino que permanece durante todo el día y llega a más gente. Eso genera “un dolor muy importante que todos como sociedad tenemos que abortar para que no suceda”.
La Policía, igualmente, anima a todos los jóvenes que sufran acoso a que no se callen. “Que hablen primero con las familias, porque muchas veces tienen vergüenza por ser víctimas, pasa un poco como con las mujeres víctimas de violencia de género. Tienen que hablar con los padres, tutor y director o jefe de estudios para intentar poner solución. Si no se soluciona, a Inspección de Educación. Y si los padres consideran que no se resuelve a nivel administrativo que acudan a comisaría, presenten denuncia y nosotros analizamos si el caso tiene peligro de revestir una tipología penal. Estamos al servicio de la ciudadanía para poner solución a todo esto”. También señala Adrián Domínguez que un hecho puntual no puede considerarse acoso escolar.
Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad
Las actuaciones de la Policía se enmarcan dentro del Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos y sus Entornos y las funciones preventivas abarcan a toda la comunidad educativa, desde docentes, escolares y AMPAS. Durante el curso lectivo 2022/2023 los 545 expertos policiales de Participación Ciudadana llevaron a cabo un total de 30.712 actuaciones formativas e informativas en todo el país.