La Asociación Mujeres Solidarias lleva desde 2004 atendiendo a familias de Sanlúcar en riesgo de exclusión. Débora Gil es la presidenta de este colectivo que atiende actualmente a más de 230 familias gracias a las donaciones que la entidad recibe. Alimentos, ropa, calzado... son algunos de los productos que la asociación entrega a estas personas que necesitan ayuda para subsistir.
"La idea es ayudar a las familias de Sanlúcar así como a las mujeres que han sido víctimas de violencia de género", explica la presidenta. La entidad, fundada por Salvadora Valle, cuenta con siete miembros de la junta directiva y varios voluntarios que ofrecen ayuda de manera desinteresada a estas personas.
"El número de familias necesitadas se ha visto incrementado desde la pandemia. En un momento, llegamos a atender hasta 400 familias", comenta Débora.
La asociación cuenta con una tienda solidaria situada en el Centro Comercial de la calle Ancha donde venden ropa para poder sufragar los gastos en ayudas para estas familias aunque también donan algunas prendas como calzados a estas familias. A día de hoy, solo una persona dona de forma económica mientras que son muchos los que donan alimentos, ropa, juguetes y libros.
En la plaza de Los Cisnes, también han instalado un kiosko solidario donde venden libros y destinan la recaudación a la ayuda directa de estas personas en riesgo de exclusión. "Durante el verano no han habido tantas donaciones pero ahora se está volviendo a notar la solidaridad de Sanlúcar", explica la presidenta.
Para colaborar con esta entidad, Débora explica que los ciudadanos pueden donar todo tipo de objetos en la misma sede de la asociación o realizar alguna aportación económica que se destinará a la atención de estas más de 230 familias en riesgo de exclusión.
Mientras tanto, este grupo de socias y voluntarias continúa con la ardua tarea de hacerle la vida más fácil a aquellos personas y familias que necesitan de la ayuda de terceros y donaciones para poder salir adelante.
LA COCINA SOLIDARIA DE CÁRITAS, CLAVE PARA ESTAS FAMILIAS
Silvia Pérez, de Cáritas, asegura a este medio que la Cocina Solidaria de Bonanza ha atendido a más de 150 familias desde el pasado mes de enero. A estas ayudas alimentarias se suma la ayuda para ofrecerles una vivienda digna a unas 576 personas.
Según Pérez, el perfil suele ser de mujeres que se han divorciado y que se encuentra a cargo de sus hijos y de algunos familiares. “Este gasto genera una cierta dificultad a la hora de pagar un alquiler o vivir en condiciones dignas”, explica Pérez. La situación de las viviendas turísticas hace también imposible que estas familias necesitadas puedan seguir en una vivienda durante la época del verano ya que llega a triplicarse el precio en algunos casos.
Es por ello que desde Cáritas hacen un llamamiento a las administraciones para poner en marcha políticas de vivienda reales y acordes con la situación que atraviesan muchas familias en Sanlúcar de Barrameda. Una cifra que, tras la pandemia y atravesando una crisis, continúa creciendo.
