Cuando José María González, Kichi, tomó la determinación de no volver a concurrir a las elecciones municipales, en virtud del código ético de Adelante de limitación de permanencia en un cargo público, reveló al término de una entrevista con VIVA CÁDIZ que el paso al lado que daba también le permitiría liberarse de la tiranía de las redes sociales.
El ex alcalde ha cumplido con su palabra desde el pasado 28 de mayo hasta hace una semana y media. El profesor José María vuelve a ejercer de Kichi, apasionado activista y carismático político, en Facebook, Twitter e Instragram. Dudó, cuentan fuentes de su entorno, porque la sobreexposición es abrasadora en general y más, todavía, en el caótico y polarizado debate virtual. Pero, aseguran las mismas fuentes, no podía quedarse callado ante informaciones publicadas que, considera, carecen de rigor.
Kichi expresó su indignación ante la noticia de que su equipo de Gobierno rechazó el apoyo del Grupo Abu para construir 100 viviendas públicas. “Si alguien se cree que una constructora de pisos de lujo quiere regalar algo a Cádiz y no sacar tajada a cambio o es tonto a la una o es tonto a las dos”, escribió, para explicar que el grupo inmobiliario quiso hacerse con una parcela junto a la megatorre para evitar que hubiera pisos públicos al lado y propuso edificar en cualquier otra finca de la ciudad. La publicación del ex alcalde tuvo medio millón de visualizaciones.
Kichi lo volvió a hacer cuando el periódico le imputó escaso interés para el mantenimiento de la Playa Victoria y también sumó una importante repercusión. “Han despertado al león”, advierten.
Sin ataduras, el ex alcalde hará valer el tirón que ha tenido siempre en redes sociales y que ahora se ha disparado tanto para defender el legado de su paso por San Juan de Dios como para comentar otras cuestiones de actualidad, como el caso Rubiales. Su formación considera que no le perjudica y complementa la acción de David de la Cruz como portavoz. En cualquier caso, Kichi, reputado polemista, es respetado en sus filas y valorado, para bien o para mal, en las redes.
