El menor, de unos diez años, sufrió una parada cardiorrespiratoria el pasado martes día 17, y fue evacuado en estado crítico a un centro hospitalario a bordo de un helicóptero.
El niño jugaba con varios amigos y en presencia de sus familiares en un gran agujero de tres metros de profundidad y cinco de diámetro hecho por los bañistas, cuando la arena extraída le cayó encima y lo sepultó, sin que fuera posible rescatarlo hasta unos veinte minutos después.
El suceso ocurrió en la zona de las Grandes Playas.