Este subgrupo de mal oncológico afecta al 30 por ciento de las personas que padecen esta enfermedad en la zona mamaria, una cifra que es incluso mayor en otros países como Estados Unidos.
En este tipo de tumor, el tratamiento que se realiza actualmente se basa en el uso del fármaco llamado Herceptin, que ha supuesto un "gran avance" pero que no es eficaz en todos los pacientes, tal y como destacaron en Salamanca los responsables del proyecto, dirigido por el doctor Atanasio Pandiella y en el que trabajan los jóvenes científicos Samuel Seoane y Juan Carlos Montero, de 34 y 35 años respectivamente.
Es tal el optimismo de este grupo de científicos con su hallazgo que el doctor Pandiella declaró: "hemos estimado matemáticamente, y calculamos que entre 2040 y 2050 podríamos estar viendo el fin del cáncer de mama".
Los investigadores iniciaron hace unos tres años nuevos estrategias basadas en la combinación de Herceptin con otros fármacos.
Así, experimentaron con más de una veintena de productos de nueva generación, consiguiendo resultados "esperanzadores" en la combinación con Dasatinib, que a día de hoy se emplea en el tratamiento de leucemiamieloide crónica.
Atanasio Pandiella explicó que el siguiente paso es realizar un ensayo clínico con unos 40 pacientes.
Posteriormente, con los nuevos datos, incrementar el grupo de beneficiarios y así hasta poder incorporar universalmente esta combinación de fármacos a las personas que lo precisen. "Si el tratamiento es eficaz se va a extender a otros países", añadió.
Los expertos confían en que puedan ofrecerse los primeros datos en un año y medio y que en unos tres años se complete el proceso. Así este mal oncológico con la proteína HER2, que en España puede alcanzar a más de 600.000 mujeres, vería limitado en mayor medida sus efectos.
El director del proyecto indicó que se están dando pasos "muy importantes" en los tratamientos oncológicos y que, en el caso del cáncer de mama, podría llegar a su fin en unas tres décadas gracias a los avances "constantes" que están provocando porcentajes de supervivencia cada vez más elevados.