La gaditana Esther Gil ha sido testigo y participante de excepción de la investidura de Pedro Sánchez porque la parlamentaria nacional de Sumar por la provincia forma parte de la Mesa del Gongreso de los Diputados como vicepresidenta tercera.
A última hora del jueves, cuando ya se encuentra en casa, después de 48 horas intensas en Madrid, Gil lamenta el tono y “las faltas de respeto de la derecha y la ultraderecha” durante las primeras sesiones en la Cámara Baja. “Independientemente de la ideología, el Parlamento sirve para debatir democráticamente”, advierte.
“La legislatura va a servir para que todos los partidos nos retratemos”, agrega. Sobre “el país que queremos”, la dirigente de Sumar en la provincia se remite al acuerdo suscrito entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. “La bronca en el hemiciclo dependerá”, dice, de si PP y Vox “quieren oponerse a lo que va hacer este Gobierno progresista: subir el Salario Mínimo Interprofesional, ofrecer salud bucodental gratuita, impulsar una ley de cuidados”.
Todo ello, dice, está contenido en las 230 medidas acordadas por su formación y el PSOE. “Estamos decididos a mejorar la vida de las personas y tenemos un punto de partida para comenzar una legislatura fuerte”.
Sobre las cesiones a los partidos indepedentistas denunciadas por PP y Vox, Gil resta dramatismo. “Acabamos de pasar la pantalla de la investidura; ahora comienza la tramitación de los Presupuestos”, apunta, remarcando a que Junts, ERC o PNV no se les ha extendido “un cheque en blanco”. “Una cosa es la amnistía, que soluciona de forma política un problema político, y otra la financiación” y las cuentas para 2024.
“Hay trece comunidades gobernadas por el PP; habrá que negociar con todas”, agrega, “y sentarse con Juanma Moreno y ver hasta dónde se puede llegar”. En cualquier caso, se compromete, “lucharé por unos presupuestos justos para Andalucía”.