En un planeta en el que la evolución ha sido posible en gran parte gracias a la cooperación, los seres humanos combaten y se exterminan desde hace milenios por, parafraseando a Carl Sagan, “convertirse en amos momentáneos de una pequeña fracción de un pequeño y pálido punto azul no más grande que una mota de polvo suspendida en un rayo de sol”.
Cada guerra, cada batalla, cada pequeña escaramuza armada, cada uno de estos irracionales sinsentidos ha traído consigo la muerte de millones de víctimas: soldados y civiles inocentes, sí, pero también la de millones de animales que se han visto forzados a tomar parte en un conflicto que no era el suyo. Infinidad de muertes que para la historia han pasado completamente desapercibidas: cerdos en llamas, elefantes de combate, palomas espías y mensajeras, perros kamikazes cargados de explosivos, delfines detectores de minas y explosivos, mascotas amigas en el frente …
Los libros de registro recogen que la Primera Guerra Mundial se cobró cerca de 10 millones de vidas humanas. El dato que se olvida es que millones de caballos, burros y mulas fueron empleados como animales de transporte, carga y tiro en este mismo conflicto. Entre ocho y once millones de ellos acabaron mortalmente heridos y agonizando en el campo de batalla. Se calcula que 200.000 palomas fueron destinadas a llevar mensajes y como espías en las líneas enemigas, y cerca de 100.000 perros perdieron su vida por servir “lealmente” en el frente transportando medicamentos, mensajes, localizando heridos o como perros de ataque. Su participación y las grandes gestas que llevaron a cabo no se estudiará en los libros de texto y pocos monumentos honrarán su memoria de la forma que merecen.
Este libro, escrito por David Sánchez, biólogo y divulgador científico, explora el papel crucial que los animales han desempeñado a lo largo de la historia militar. Un homenaje a aquellos que perdieron la vida debido a la insaciable búsqueda de poder, codicia y falta de humanidad de la humanidad.
David Sánchez, licenciado en Biología y con un Grado Superior en Gestión Forestal y del Medio Natural, ejerce como profesor de Ciencias en Educación Secundaria en el IES Los Molinos de Conil desde 2010. Bajo el seudónimo @biologiayarte, ha utilizado las redes sociales para divulgar ciencia, gestionando cuentas en Twitter, Instagram y el blog "La biología en el cine y las artes". Además de coordinar una sección de divulgación científica en el periódico local "Viva Conil" junto a sus alumnos; y recientemente ha comenzado a colaborar con la revista "Muy Interesante".