Para cualquier pueblo de la provincia, codearse con la élite del Carnaval era, a priori, una misión imposible. Mucho más para una entonces joven, con solo 35 años de edad, Villa de Barbate.
Pero en sus entrañas, un druida se aferró a un sueño y no paró hasta verlo hecho realidad. En 1973, Barbate debutaba en el Teatro Falla con una comparsa (Los Fenicios) que conseguiría el tercer premio provincial.
Otros éxitos se sumaron gracias a agrupaciones como Los Corregidores, Los Traiñeros, Los Ilusionistas, Embrujo o Los Tramperos del Canadá. Tampoco hay que olvidar que el druida alcanzó un tercer premio en chirigotas con Los que se fueron.
En 1983 suceden dos hechos históricos. En un concurso ya unificado, Los Jinetes de la Pampa consiguen un meritorio tercer premio y una agrupación femenina (Las favoritas del Sultán) participa por primera vez representando a Barbate. El cénit se alcanza en 1984, con el triunfo de Filo Andaluz, al que sigue un segundo puesto de Cargaores Gaditanos en 1986. Sin embargo, todo queda En el Aire en el año 1989.
A partir de entonces, el mago se retiró a sus aposentos mientras otro puñado de barbateños intentaba, sin mucho éxito, conquistar el Templo de los ladrillos coloraos.
Guillermo Andújar, Sebastián Bernal, Antonio Alba, Birlongo, Antonio Rodríguez, Enrique Sanjuán, Mariano Jiménez, Antonia Domínguez, Carmeli y Antonio M. Jódar, Francisco Varo Rivas, Diego Narváez, Manuel Pérez Herrera, Ramón Guirola, Cayetano Lobón, Luis Corrales (Melli), Alonso Ortega, Manuel Cifuentes, Antonio Ríos, Salvador Rodríguez, Manuel Malia o Jesús Cabello escribían con letras de oro la historia del Carnaval barbateño. Una historia que se seguiría escribiendo por los que llegaban a continuación. Tras una larga travesía en el desierto, en el pueblo germinaban unos brotes verdes, regados por el jardinero José Manuel Pérez, que ya atisbaba su retirada. Estos brotes se acabaron convirtiendo en flores, llenas de música que componían el ya citado Pérez, José M. Cardoso, Francisco Varo Sánchez, Luismi Rossi, José Gutiérrez y María del Mar Ramos. Al cante, todo un crack como Arturito de Barbate. Antes de continuar, debo pedir disculpas si me he olvidado de alguien.
Mientras tanto, el genio seguía rumiando Carnaval. Cuando todo el país se lamía las heridas de una cobarde pandemia, la noticia salió a la luz: Barbate vuelve al Falla, y esta vez con un coro.
Manuel Varo, cual ave Fénix, reaparecía más fuerte que nunca y logró reunir a un plantel de lujo con ilustres como Cardoso, José Manuel Pérez, José Gutiérrez y María del Mar Ramos para presentar La Fábrica de Conservas. A pesar de debutar en una modalidad tan complicada, el coro de Barbate alcanzó las semifinales. A esa misma ronda llegaría también un año más tarde con el vuelo de unas gaviotas que graznaban tangos.
Este año, con el de la Ica portando su flamante antifaz de oro, El Baúl de la Piquer se vuelve a postular como uno de los grandes animadores del concurso. Atento a su singladura, el pueblo entero lo lleva en volandas con un canto unísono:
“Por tu culpa culpita yo tengo loco, loquito, mi corazón”.