La modelo Laura Ponte ha aterrizado en Barcelona para presentar su nueva colección de joyas para la marca con la que lleva colaborando desde hace ya algunas temporadas. Al contrario que sus anteriores piezas, entre las que destacaban los diseños tubulares y las líneas arquitectónicas, ahora Laura presenta piezas "mas compactas" y con numerosas "combinaciones de colores".
Aunque mantiene que aún no ha conseguido diseñar la hoya que más le gusta, Laura destacaría de entre sus preferidas una con "unos peces extraños" que podrían ser "peces o amebas".
Encantada con su faceta como diseñadores de joyas, la modelo quiso dejar claro, una vez más, que su pasión por el diseño viene desde que era pequeña, concretamente "desde el colegio". De hecho, antes incluso de aceptar este nuevo reto con Luby&Lemerald, a la modelo ya le habían propuesto dos proyectos que ella rechazó por "miedo al sector".
"Tuve dos proyectos. Tenía 24 años y me venía un poco grande", explica la modelo. "Me contrataban de diseñadora. Tuve miedo al sector. Luego tuve otra (propuesta), pero estaba muy liada y ahora ya sé lo que quiero y tengo las ganas y la ilusión".
Aunque es consciente de que las mujeres "somos tan distintas que es imposible" crear una joya que guste a todas, Laura confiesa que lo que más ilusión le ha hecho del proyecto es tener el apoyo de su suegra y de "muchos amigos que hacía tiempo que no veía".
De momento sólo comercializa su colección en joyerías, así como en "el Corte Inglés de la Castellana (Madrid) y en el de Diagonal (Barcelona)", aunque añade que "si nos llama gente se lo hacemos llegar a cualquier sitio".
A quien no le ha hecho llegar ninguna joya es la Princesa de Asturias, Doña Letizia. Sin embargo, la modelo manifiesta que le prestaría las joyas que fueran si ella quisiera.
Felizmente enamorada de su pareja, Mario Conde Jr., Laura también afirma que dos de sus grande joyas son sus hijas -"bastante piezas también"-, que no sólo la apoyan, sino también le dibujan sus propias joyas.
