En el norte de la capital, la Policía ha solicitado a los residentes de West End, Strathpine y Caboolture que abandonen sus casas y se dirijan a las zonas altas, por el riesgo de que se desborde el río Brisbane, informó el diario 'The Australian'.
En el este, los vecinos de Ipswich están siendo realojados en varios albergues ante la posibilidad de que las aguas del Bremer superen también sus niveles normales. En Lockyer Valley, la población fue evacuada ayer, con la llegada de las primeras inundaciones a Brisbane.
Entretanto, la Policía de Queensland ha confirmado el hallazgo de cinco cadáveres en Lockyer Valley que se suman a los ocho confirmados por la primera ministra estatal, Ann Bligh, con lo que asciende a 13 el número de muertos por las lluvias torrenciales. No obstante, uno de los agentes indicó que podría aumentar hasta 20.
Mientras, unas 72 personas continúan en paradero desconocido. "Confiamos, y rezamos por ello, en que la mayoría sean encontradas sanas y salvas, pero dadas las circunstancias, estamos muy preocupados por los desaparecidos", dijo Bligh.
Por su parte, la primera ministra australiana, Julia Gillard, advirtió de que Queensland "todavía debe afrontar días tristes", recordando así que las previsiones meteorológicas anuncian más lluvia para esta semana.
En términos económicos, el Gobierno calcula que las inundaciones han provocado unas pérdidas cercanas a los 6.000 millones de dólares (4.628 millones de euros). Estas estimaciones no incluyen los daños causados a la minería y la agricultura, los dos sectores mas importantes del país.