"Tengo la certeza de que hay mucha gente entre el público que forma parte de un grupo al que pertenezco desde hace cuatro años", afirmó la cantante gallega, quien se presentó a las diez de la noche vestida de negro y con la satisfacción de haber logrado "un sueño" al llenar el pabellón Madrid Arena, con capacidad para diez mil personas.
Minutos antes había sido el turno de Mäbu, una grupo curtido en las salas de conciertos de Madrid que publicará en marzo su primer álbum "Buenos días". María Blanco capitanea una joven banda que sedujo al público con composiciones como "Bajo este manzano", "Estoy bien como estoy" y su gran éxito "Hallo".
La primera parte de la actuación de Luz Casal estuvo marcada por "La Pasión", el álbum de boleros que publicó la artista el año pasado, justo cuando dejaba los escenarios para recuperarse y buscar en otras músicas, paisajes y canciones, según explicó ella misma.
"Mar y cielo", "Alma mía", "Nieblas", "Con mil desengaños" e "Historia de un amor" integran una colección de boleros extraídos de la memoria de la música hispanoamericana, a la que Luz Casal homenajeó en su último disco.
"Veo muchas mujeres, pero necesito sentir que sois poderosas", afirmó la cantante, quien enlazó "Entre mis recuerdos" y "No me importa nada", dos temas imprescindibles de la discografía de una cantante única.
Entre los invitados de honor del concierto, cuya recaudación irá destinada íntegramente a la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y la Fundación Geicam, se encontraban los Príncipes de Asturias, quienes disfrutaron desde las primeras filas de una actuación que rozó las dos horas.
Tras un cambio de vestuario y de registro, Luz Casal mostró su faceta más rockera; el ritmo se apoderó de la cantante, cuyos enérgicos movimientos fueron la coreografía perfecta de canciones como "A cada paso", "Dame un beso" y "Plantado en mi cabeza".
Aunque el rojo y el negro son los colores talismán de Luz Casal, el dorado de su camisa fue ideal para "Rufino", una canción escrita por Carmen Santonja (Vainica Doble), quien compuso una letra sobre un personaje que, pese a ser "el más estúpido", era el que "mejor le había salido", según apuntó la artista gallega.
Luz Casal volvió a la sobriedad del negro para encarar la recta final del concierto, en la que, más que nunca, fue su voz la gran protagonista.
Así llegó el momento más emotivo de la noche, cuando Luz Casal se arrancó con el bolero "Piensa en mí", una canción que pasará a la historia de la música y el cine tras haberse convertido en un clásico gracias a la banda sonora de "Tacones lejanos".
Luz Casal completó con "Gracias a la vida" su homenaje a las mujeres "luchadoras y valientes" como Violeta Parra, quien además de ser un ejemplo para la sociedad ha permanecido viva en la memoria colectiva.
"Gracias por el apoyo, el cariño, la comprensión y todas las cosas que me habéis dado durante tantos años", agradeció al auditorio la artista, quien tras presentar a los quince integrantes de su banda interpretó "Sombras" y "No, no y no".
Luz Casal se despidió del público madrileño con "Te dejé marchar" y el deseo de que todo vuelve a ser como siempre; en busca de una normalidad que para la cantante significa seguir siendo un referente en lo musical y en lo humano.