Muchas veces sucede que, cuando un equipo tiene su objetivo de la temporada conseguido, retira un poco el pie del acelerador para rebajar la intensidad lo que, en cierto modo, termina beneficiando a sus rivales e incomodando a otros equipos implicados que incluso hablan de adulteración. Son muchos casos los que se han dado y que se siguen presenciando, tanto en el fútbol más modesto como en la misma élite. Ocurrió, por ejemplo, al final de la temporada 2014-15, en la última jornada de Primera División, cuando un RC Deportivo de La Coruña con el agua del descenso al cuello sacó un milagroso empate por 2-2 en el Camp Nou ante el todopoderoso FC Barcelona ya campeón de liga. Las polémicas palabras de uno de los futbolistas del cuadro gallego, Alberto Lopo, durante el encuentro por las que pidió a uno de sus rivales “que aflojaran” dando por bueno un empate que servía a ambos, dieron después la vuelta al mundo del fútbol.
Casi diez años después y un puñado de categorías por debajo, el Chipiona CF podría haberse visto en la piel de ese mismo FC Barcelona. Con el ascenso conseguido desde la pasada jornada, pudo haberse relajado en su visita al estadio del Atlético San José. Si que es cierto que el equipo de la Campiña de Jerez estaba descendido desde hace tiempo, pero, en cualquier caso, el equipo de Carlos Martínez planteó ese partido como uno más de la temporada y venció por la mínima con un gol de Quini, en un partido en el que los blanquiazules sacaron toda su artillería a excepción de una rotación en la portería, donde actuó Josean en sustitución de Andrés.
Con el ascenso en el bolsillo, al Chipiona CF solo le falta saber si acabará la temporada en segunda, tercera o cuarta posición. Todo dependerá de las dos últimas jornadas de la competición. La próxima en casa, ante una AD Nueva Jarilla que, instalada en media tabla, no tendrá nada en juego, en el que será el último partido ante su afición.
