Coincidiendo con el Día Mundial del Medioambiente, una decena de activistas de Greenpeace y Ecologistas en Acción se han lanzado al río Guadalquivir para protestar contra el vertido tóxico de aguas provenientes de la reapertura de la mina de Los Frailes, en Aznalcóllar. Ataviados con pancartas en las que se podía leer “vertido cero al Guadalquivir”, “estuario sin contaminación” o “no a los vertidos mineros al río”, los activistas se han arrojado al agua frente al puente de Triana, según han relatado.
Con esta acción, las organizaciones quieren advertir que el proyecto de reapertura de la mina, de ser finalmente autorizado por la Junta de Andalucía, significaría un vertido tóxico global de 85,52 hectómetros cúbicos en la Zona Especial de Conservación de la Red Natura 2000 del Bajo Guadalquivir a lo largo de 18 años. Este proyecto acrecentaría el problema de contaminación por metales pesados que ya tiene el río desde Sevilla hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, con terribles efectos también en el Parque Nacional de Doñana.
Esta acción ha tenido lugar horas antes de la movilización anunciada por estas dos organizaciones con motivo del Día del Medioambiente y que ha sido secundada por más de 80 organizaciones sociales, políticas y ambientales, las cuales se han adherido al manifiesto lanzado el día 25 de abril, con motivo del 26º aniversario del desastre de Aznalcóllar.
Por otro lado, las organizaciones ecologistas se muestran atónitas ante las declaraciones realizadas por el consejero de Industria y Minas de la Junta de Andalucía, Jorge Paradela, en las que aseguraba que el proyecto no tendrá afección significativa sobre la calidad de las aguas del estuario. En ese sentido, Ecologistas en Acción y Greenpeace exhortan al consejero a que tenga en cuenta el reciente estudio realizado por el catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla Jesús M. Castillo, en el que presenta datos demoledores sobre la situación de contaminación por metales pesados que ya presenta el río Guadalquivir y que este vertido vendría a agravar.
Este informe científico advierte que el proyecto de vertido no ha tenido en cuenta la dinámica interna del estuario del Guadalquivir. Por un lado, porque la presa de Alcalá del Río se comporta como un “fondo de saco”, frenando las mareas y favoreciendo la sedimentación, lo que promueve la retención de contaminantes. Por otro lado, porque en la desembocadura del río se produce lo que se conoce como “tapón salino”, que frena la salida de las aguas interiores hacia la desembocadura.
Por estas razones, las organizaciones ecologistas advierten que este vertido tendría graves consecuencias en varios hábitats que son de importancia de la Zona de Especial Conservación Bajo Guadalquivir que están en Red Natura 2000 y sobre el Parque Nacional de Doñana, el cual sumará una amenaza más al listado que desgraciadamente ya tiene.
Ecologistas en Acción y Greenpeace se muestran además preocupadas por los impactos que este vertido tendrá en actividades que son clave para la economía andaluza del Bajo Guadalquivir. Por este motivo han mantenido sendas reuniones con COAG y con la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar de Barrameda, organizaciones que se han sumado al manifiesto contra el vertido y con las que se planea realizar unas jornadas a finales de junio para ahondar más en las afecciones que tendrá sobre la actividad pesquera y agraria.
Por último, en el actual contexto de campaña electoral para las elecciones europeas, Greenpeace y Ecologistas en Acción invitan a las formaciones políticas que concurren a las elecciones a que tomen medidas para evitar este nuevo atropello ambiental. En este sentido, advierten que este proyecto de vertido pondría en peligro el cumplimiento de la directiva Hábitat y la directiva Marco de Agua, por lo que estas organizaciones contemplan acudir a Bruselas si el proyecto recibiera la autorización por parte de la Junta de Andalucía.