La Audiencia de Málaga ha condenado a 22 años de prisión a un hombre por abusar durante cuatro años de su hijastra menor de edad y, posteriormente, de su hija durante el mismo periodo. La denuncia de su hija destapó las primeras agresiones sexuales. El tribunal ha considerado probados los hechos y ha impuesto la pena máxima debido a la gravedad de los delitos y la vulnerabilidad de las víctimas.
Según la sentencia, el acusado comenzó los abusos a su hijastra en 2008, cuando ella tenía 13 años, aprovechando la ausencia de su esposa. Estos abusos continuaron hasta 2012, cuando la víctima abandonó el hogar familiar a los 17 años. En 2017, el acusado inició los abusos contra su propia hija, quien entonces tenía nueve años, continuando estos actos hasta 2021.
La menor relató los abusos a su madre en 2022, lo que llevó a la denuncia que reveló también las agresiones sufridas por la hijastra. La Audiencia ha impuesto diez años de prisión por el delito continuado de abusos sexuales respecto a la hijastra y 12 años por agresión sexual respecto a la hija, además de prohibiciones de acercamiento y comunicación con ambas víctimas.
El tribunal ha destacado la persistencia y la gravedad de los abusos, así como la vulnerabilidad de las víctimas, imponiendo la pena máxima en ambos casos. Se ha considerado la superioridad ejercida por el acusado como padrastro y la relación de parentesco con su hija, además del temor que les infundía.
Como parte de la sentencia, el tribunal ha ordenado al acusado pagar una indemnización de 50.000 euros a cada una de las víctimas por los daños morales causados. Estos daños incluyen ataques reiterados a su dignidad y libertad sexual, con consecuencias evidentes en su bienestar emocional y psicológico.