Así lo indicó en la vista pública para estudiar las demandas interpuestas para impedir la inscripción de Sortu, en la que tanto la Abogacía del Estado como la Fiscalía aseguraron que esta formación no ha roto con ETA.
Según fuentes del Supremo, los dieciséis magistrados de la Sala Especial -incluido el presidente del Supremo,
Carlos Dívar,- iniciarán sus deliberaciones hoy, en sesiones de mañana y tarde, y previsiblemente darán a conocer su decisión esta misma semana.
La vista comenzó con la declaración de los miembros de la Policía y la Guardia Civil que elaboraron los informes sobre Sortu incorporados a las demandas, quienes coincidieron en que ésta forma parte de la estrategia de ETA y continuó ayer con la exposición de las conclusiones por las partes.
El letrado de Sortu aseguró que “ya no hay vuelta atrás” en el rechazo del terrorismo por parte de esta formación, incluso si ETA rompe la tregua, y ha recalcado que “Sortu no es pantalla de nada ni de nadie, no se quiere disfrazar”.
“No sabemos cuáles son las intenciones de ETA, pero ETA no va a tener presencia (en las instituciones) a través de los parlamentarios o cargos electos de Sortu”, dijo Iruin, que añadió que los estatutos de la formación abertzale establecen “cortafuegos” -como la amenaza de expulsión a quienes apoyen o justifiquen el terrorismo- que lo impedirán.
A su juicio, “no existe riesgo potencial para el sistema democrático” con la legalización de Sortu, que además sería una legalización “vigilada y controlada”, con una permanente “fiscalización y observación” por parte de las Fuerzas de Seguridad y de la Fiscalía.
El abogado del Estado Manuel Rivero, defendió, en nombre del Gobierno, que con la creación de Sortu la izquierda abertzale “quiere aparentar que ha cambiado” y que ha roto con ETA, pero no lo ha hecho.
Según Rivero, la nueva formación es “la enésima manifestación del complejo ETA-Batasuna” y ha negado que la ponencia Zutik Euskal Herria de la que surgió la nueva formación abertzale contenga una “crítica” del terrorismo de ETA, ya que se limita a “ignorar” la cuestión de la violencia.
La diferencia respecto a ocasiones anteriores, añadió, es que dada su debilidad ETA no está ahora en condiciones de imponer su postura -explicitada en la ponencia Mugarri, que apostaba por un nuevo ciclo de violencia para forzar al Estado a negociar-, por lo que no le ha quedado más remedio que “tolerar” el nacimiento de Sortu.
Además, subrayó que la amenaza de expulsión a quienes apoyen el terrorismo que contienen los estatutos de la nueva formación “contrasta con la ausencia de debate” sobre esta cuestión entre sus miembros.
Indicó que aunque actualmente se está en un contexto diferente, ya que ETA mantiene un alto el fuego, la banda no ha cesado su actividad y la prueba de que sigue activa son las detenciones producidas en Francia.