Con los 75 años recién cumplidos, el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, se ha referido al procedimiento de renuncia y sustitución, tal y como marca la norma eclesiástica, en declaraciones a los medios de comunicación tras presentar la nueva experiencia de realidad virtual de la Catedral de Cádiz.
En primer lugar, ha remarcado que el relevo “no es inmediato” y ha recordado que “hay muchos obispos que hace ya un tiempo que presentaron la renuncia” y no ha sido aceptada, de modo que continúan ejerciendo al frente de sus respectivas diócesis, como los de Barcelona, Cuenca, Ciudad Real, Lérida, Mallorca, Tuy-Vigo, Segovia, Mérida-Badajoz y San Feliu de Llobregat.
“Mi único deseo es hacer lo que me diga el Santo Padre”, ha dicho para relativizar el relevo, del que ha dicho que no le “preocupa lo más mínimo” porque “yo me jubilaré, pero la diócesis no. Todo sigue igual, las catequesis, los cultos, la atención a los más necesitados”. “Es muy bonito saber que formo parte de una cadena, que solo soy un eslabón más”, ha insistido.
En cualquier caso, “hasta ese último momento todo sigue igual, en plena actividad”.
“Tengo una actividad bastante intensa”, ha remarcado el obispo, que muestra un excelente estado de salud y juicio para desempeñar su labor. No en vano, este verano ha participado en dos peregrinaciones a Lourdes y varios campamentos, con diversos colectivos, y mayoritariamente jóvenes, así como en los cultos celebrados, con la Virgen de África, en Ceuta, marcado en rojo en las celebraciones que están por venir.
Zornoza ha eludido hacer balance, pero ha destacado la “mucha responsabilidad” que supone estar al frente de una diócesis “con muchos problemas y con frentes amplios que conlleva estar al frente de la Iglesia local, en una diócesis además "con muchos problemas y con frentes muy amplios”, pero ha valorado de estos 13 años que “me he volcado en la evangelización”.
