Las medidas planteadas incluyen una reducción de la flota, una necesidad a la que obliga la escasez de existencias en los caladeros, y sentarán las bases de un sistema sostenible a largo plazo.
La comisaria europea de Pesca, María Damanaki, dijo durante la presentación de la propuesta que con ella se pretende “romper el círculo vicioso” derivado de la actual política, basada en la concesión de subvenciones a empresas que en muchos casos ya no son rentables.
Damanaki reconoció que a corto plazo las propuestas podrán tener un impacto social y económico sobre el sector, pero aseguró que la CE ofrecerá alternativas, que incluirán las subvenciones al almacenado o procesado de pescado o a la recuperación de desechos plásticos en el mar para su posterior reciclaje. La comisaria insistió en el “gran potencial” de la piscicultura.