La política del miedo. Ése era el título del artículo con el que Miriam Alconchel, portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Jerez, se despachó contra el Gobierno municipal del PP. Un artículo que tuve el empeño de terminar de leer, porque no salía de mi asombro, el pasado día 2 en este medio de comunicación. Yo no sé qué tipo de política es la que usted aprendió y aprende al lado de Pilar Sánchez, su principal valedora dentro del PSOE, pero cuando maneja términos como agachar la cabeza, amenazas, intimidaciones, represalias, súplicas, obligar a comer de la palma de la mano… y maltrato, está haciendo mención a asuntos serios, muy sensibles y que, por ética, no deben estar presentes en un ataque político, por muy mordaz e hiriente que se quiera ser o parecer. Creo que sería saludable para usted -y para quienes le podemos leer y escuchar en las intervenciones de pleno- que se detuviese un minuto a reflexionar en el fondo, en las formas y en la dirección que están tomando sus discursos. En política no todo vale, señora Alconchel. Y aunque aún usted no la haya visto, sí que existe una fina línea que separa la demagogia de la falta de respeto y la injuria. Y usted está jugando a la comba con ella. El mensaje ruin de su ‘Política del miedo’ estaba cargado de irresponsabilidad, impropia de una persona con un cargo público y, además, conocedora de la verdad objetiva de los hechos. Más delito si cabe tiene su actuación teniendo en cuenta la coyuntura actual, la difícil situación por la que estamos atravesando el Ayuntamiento y todos los jerezanos. ¿De verdad quiere hacer política de esta manera? Deje de avivar el fuego de la crispación, que para eso ya está el señor Pacheco y sus amiguetes. Dedíquese a trabajar por Jerez echando horas en el Ayuntamiento. Acuda a las reuniones de trabajo que están celebrando los delegados municipales para buscar soluciones de consenso, en las que no se le ha visto el pelo. Tan sólo están participando los concejales de Izquierda Unida. Haga como ellos, infórmese bien, estudie, trabaje y lleve propuestas. Y si quiere usted escribir de la política del miedo, se puede inspirar en las batallas cruentas que libra su partido socialista en todos los territorios, empezando por Jerez. Le auguro que va a escribir más novelas que Stephen King.