Por ello, la docente decidió emprender acciones legales contra la institución. “No me parece justo que se sigan cometiendo este tipo de irregularidades y burlándose de tanta gente. Desde profesores, hasta los mismos alumnos y sus padres”, sostiene Romero.Por su parte, la jefa de estudios del Colegio Julio César, Mª Luisa Rosado, ha desmentido que no se les quiera pagar las nóminas que se les deben. “Las nóminas las lleva una gestoría y no sé cuántas se deben y si se deben.
Pero nuestra intención es ingresarlas, aunque tenemos que esperar a que los alumnos nos vayan pagando”, sostiene la jefa de estudios. “Soy profesora desde hace muchísimos años y a mí siempre me han pagado. Nunca he tenido ningún problema de este tipo”, añade la docente.“Comencé a dar clase en el colegio en septiembre y ese mes sí que me pagaron mi nómina en mano. Aunque me deben, aproximadamente, 2.000 euros de los meses de noviembre y diciembre, que aún no me los han abonado.
Te van diciendo que te van a pagar, que es por la crisis pero aún no me han pagado”, relata Adelaida, otra de las exdocentes del centro. “Entré a trabajar en julio del año pasado para dar los cursos de verano del colegio. Durante esos meses nos quedamos sólo dos profesores y una secretaria. Ya en septiembre me propusieron quedarme, ya que los profesores del curso pasado no se presentaron. Me ofrecieron ser la subdirectora y me prometieron que me iban a pagar. Aunque sí que me pagaron los meses de verano en su momento, me deben dinero”, sostiene otra de las afectadas, que finalmente abandonó su puesto de trabajo.
Otras anomalías
Sin embargo, según afirman algunos extrabajadores, esto no es un caso aislado de este curso ya que los afectados tienen constancia de que hay profesoras de otros años a las que también se les debe bastante dinero y que incluso han llegado a interponer denuncias contra la empresa. Además, los docentes sostienen que la falta de pagos no es la única irregularidad que se comete en el recinto escolar.
El número tan reducido de alumnos con los que cuenta la institución, que según los extrabajadores ronda los 35 estudiantes, provoca que en algunos casos se mezclen estudiantes de diferentes cursos en una misma aula, en concreto los de 3º y 4º de la ESO. Este hecho fue desmentido por la jefa de estudios: “Que yo sepa aquí siempre han venido inspectores y el colegio sigue abierto. Si no, ya lo hubieran cerrado”.