Y es que en Sevilla los naranjos son los árboles por excelencia y seña inequívoca de indentidad entre parroquianos y foráneos. Un ornamento que se empezó a utilizar como tal en patios y jardines durante la época de dominación árabe y que esconde entre sus ramas una joya amarga, algunos de cuyos usos son desconocidos para la gran mayoría.
Del naranjo amargo, introducido en la Península Ibérica primero por los romanos -debido al establecimiento de las rutas a la India a través del Mar Rojo- y después por los árabes, de todos sus usos quizás el más reconocido es el de la exportación de sus frutos a las Islas británicas para la fabricación de mermeladas. No en vano Sevilla es la principal productora española de naranja amarga para la fabricación de estas confituras (alcanza el 91 por ciento de la producción andaluza y el 89 por ciento de España), seguida por Málaga y Córdoba, por lo que esta variedad de cítricos es conocida fuera de nuestras fronteras como ‘Seville’.
Un poco de historia
La mermelada es esencial en la tradición culinaria inglesa. Y la de naranja amarga se encuentra entre sus favoritas, con una receta original que data de finales del siglo XVIII.
Aunque las mermeladas ya se empezaron a consumir en la época de los romanos -conservaban la fruta añadiéndole su peso en miel e hirviéndola después- y los árabes hacían lo propio pero con azúcar de caña, la versión más extendida para explicar el origen de esta delicatessen tal y como la conocemos en la actualidad es la historia protagonizada por la escocesa Janet Keiller, quien en 1790 elaboró por primera vez una partidade este dulce con un saco de naranjas machucadas que su marido, marinero de profesión, le había traído desde Sevilla.
Después, en 1797, ya extendida la receta por Gran Bretaña, su hijo James Kailler industrializaría el proceso de producción, convirtiendo la mermelada Keiller en la primera fábrica de mermelada del mundo y en la primera marca comercial.
Existe otra versión que relata que la mermelada fue creada en 1561 por el médico de Mary, Reina de Escocia, para evitar que ésta se mareara.
Pero los ingleses no sólo aprecian y ‘abusan’ de los cítricos hispalenses para realizar sus famosas marmalades, si no que las utilizan para destilar y aromatizar otro de sus productos estrella: la ginebra. Así, la bebida de moda, el gintonic, lleva un toque de la cáscara seca de las naranjas amargas que se retiran por toneladas en ésta época en nuestra ciudad.
Otro de sus usos, en el resto del mundo, está en la medicina, en aceites esenciales y como desengrasantes y aromatizantes.
Aquí en Sevilla, tan sólo en el último mes -en concreto, del 7 de febrero al 2 de marzo- los recolectores recogieron más de 200.000 kilos de estos frutos de los más de 31.000 naranjos -el Ayuntamiento ha contabilizado 31.306- repartidos por todos sus barrios. Una cifra que ha crecido considerablemente teniendo en cuenta que en 1970 existían en la ciudad alrededor de 5.000 ejemplares.
Los naranjos alcanzaron su apogeo en la ciudad durante la celebración de la Expo Iberoamericana de 1929. Buena parte del mundo los aprecia. ¿Por qué no tomar ejemplo en casa?
La naranja y su gastronomía como reclamo
El naranjo es una seña “inequívoca” de la ciudad, cuyo fruto es “reconocido” a nivel internacional. Amparado en esta consigna, ayer se presentó la primera Jornada Gastronómica de la naranja de Sevilla, que se celebrará entre los días 12 y 18 de marzo, y en las que participarán 37 bares y restaurantes (cuatro de ellos de la provincia) con el objetivo de promocionar este producto autóctono y promover la visita turística a la capital hispalense como destino para rutas gastronómicas. La meta de la Asociación de Hostelería de Sevilla y el Consorcio de Turismo es la de consolidar esta fecha en el calendario, que, a partir del año que viene, se celebrará los primeros días de febrero para impulsar el periodo de temporada baja que existe entre Navidad y Semana Santa.
Los 37 establecimientos que tomarán parte de estas jornadas gastronómicas, con la naranja como protagonista, participarán en el concurso a la mejor creación con este ingrediente que será distinguido con la entrega de una placa conmemorativa.
Además, a partir de 2013, unido a la celebración de esta semana gastronómica se ofrecerá desde la plataforma Saborea España (de la que Sevilla forma parte desde enero) la posibilidad de adquirir un paquete turístico que combine la visita a la ciudad con alguna actividad gastronómica y lúdica, cuya temática central sea la naranja de Sevilla.