Según informaba ayer La Opinión de Málaga, los asaltantes de la fábrica algecireña dejaron una huella idéntica en el inmueble a la encontrada en el lugar donde se robó el estupefaciente. Se da la circunstancia de que, pese a que los ladrones rociaron toda la nave con espuma contraincendios para eliminar todo rastro, cometieron algún error que dio lugar al hallazgo de la citada huella.
En base a lo que relata en el diario malagueño, basándose en fuentes cercanas al caso, las dos trazas condujeron a los investigadores a una banda especializada en asaltos afincada en la Costa del Sol compuesta por tres españoles que están identificados y a los que se les seguía la pista antes del robo del puerto por otros delitos.
Sopletes
Las sospechas se fortalecieron, según las fuentes consultadas por La Opinión, cuando la Policía comprobó que los presuntos autores de ambos robos compraron unos sopletes poco antes del golpe del puerto. Si al principio se habló de lanzas térmicas, lo cierto es que las herramientas adquiridas no eran tan sofisticadas, aunque sí suficientes para atacar la cámara acorazada cortando los anclajes y las bisagras de la caja fuerte.
Una dilación judicial provocada por la controversia acerca de qué juzgado era el competente para llevar el caso dio lugar a que se quedaran fuera al menos una decena de peticiones policiales para pinchar los teléfonos y aplicar otros métodos de escucha a los sospechosos.
El robo de unos 162,5 kilos de droga se cometió entre el 12 y el 14 de noviembre. Los ladrones accedieron de noche al puerto, anularon las alarmas y las cámaras de seguridad del depósito y se llevaron la droga tras reventar la caja fuerte.
