Menos de 24 horas después de la investidura presidencial de Obama y de la solicitud transmitida por el jefe del Pentágono, Robert Gates, el coronel Patrick Parrish suspendió, sin audiencia, el proceso contra el ciudadano canadiense Omar Khadr.
Khadr está acusado de la muerte en 2002 de un soldado estadounidense en Afganistán. Cuando fue capturado, Khadr tenía 15 años.
También el coronel Stephen Henley suspendió durante cuatro meses los procesos contra cinco hombres acusados de estar vinculados con los ataques terroristas en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001, informó a Efe la representante de la organización Human Rights Watch Joanne Mariner, presente en la vista en Guantánamo.
En la audiencia presidida por el juez militar Henley, cuatro de los cinco acusados -Jalid Sheik Mohamed, Ali Abd al Aziz, Wallid ben Attash y Mustafa Ajmed al Hasawi- manifestaron que se oponían a la suspensión de sus juicios.
Sel Ramzi ben al Shaiba declaró, por su parte, que no se oponía a esa suspensión.
Los cinco detenidos pueden llegar a ser condenados a muerte.
La detención prolongada de acusados de terrorismo y su permanencia sin juicio, aislados en la base naval en Cuba y sometidos en algunos casos a torturas ha sido durante años objeto de críticas de los aliados de Washington y de denuncias de grupos defensores de los derechos humanos.
“El presidente Obama entendió claramente que en nada beneficia el comienzo de su presidencia con el espectáculo de procesos injustos y caóticos en los tribunales militares”, dijo Mariner.
“La pausa de 120 días da al nuevo gobierno un período razonable para que se desechen los casos que no tienen pruebas y se transfiera el resto a los tribunales federales”, añadió la delegada de la organización humanitaria.
Durante su campaña electoral, Barack Obama prometió clausurar la prisión de Guantánamo, y ahora su gobierno busca los mecanismos legales para cerrar los casos sin cargos de fondo y el procesamiento de los otros en una jurisdicción legal que aún debe ser decidida.