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Córdoba

Los peritos hallaron imágenes de cadáveres en el ordenador del acusado de degollar a su mujer

Los investigadores que hallaron los trozos de guantes de látex descartan que tuvieran restos de otras personas supuestamente involucradas

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Los inspectores informáticos de la Policía Científica que participaron en el caso del crimen de La Torrecilla han declarado este miércoles que hallaron imágenes de cadáveres, que estaban borradas, en el ordenador de Carlos W.T., de 30 años y de nacionalidad ecuatoriana, acusado de matar a su mujer, con 29 años, cuyo cadáver fue encontrado degollado en un descampado, en Córdoba, en mayo de 2011.

   En la vista del juicio con jurado, que se celebra esta semana en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba, los agentes han certificado que el ordenador del procesado "no se utilizó" entre las 22,30 y las 8,30 horas del 14 al 15 de mayo, pese a que el procesado en su declaración argumentó ante el juez que sí lo utilizó sobre las 1,30 horas.

   Tras investigar una tarjeta de un teléfono móvil, un ordenador portátil y un disco duro, los agentes comprobaron algunas conversaciones, principalmente en una red social, en las que consideran que "hay una enemistad patente" entre la amante y la mujer de Carlos.

   Por otra parte, los agentes que realizaron análisis químicos recogieron cerca de un centenar de muestras de la zona, y varias de ellas son "compatibles" entre la víctima y el presunto asesino, entre las que se encuentran trozos de guantes de látex, en los que hallaron restos biológicos de ambos, así como sangre de ella, al tiempo que han detallado que la posibilidad de que la mezcla de restos fuese de otras personas distintas a las del crimen es de una entre "más de 14 cuatrillones".

   No obstante, los investigadores no pueden determinar la hora a la que se dejaron los restos en los trozos de guantes hallados, como se recordará, junto al cadáver. Además, los agentes intervinieron hasta cinco cuchillos, aunque no descartan que el arma del crimen fuera otro objeto "cortante".

   Mientras, entre las conclusiones de los médicos forenses se encuentra que en la autopsia realizada al cadáver hallaron lesiones por heridas de arma blanca en tres partes del cuerpo, una de ellas seccionó la arteria aorta "con un sangrado masivo", que posteriormente acabó con la vida de la mujer de Carlos.

LO NIEGA

   Entretanto, el único acusado en este caso ha negado este lunes que cometiera los hechos y dice que no tiene conocimiento de quién pudo asesinar a su esposa, a la que le planteó el divorcio días antes del suceso mortal, pues mantenía otra relación con una amante, quien este martes ha relatado que ella le insistía para que dejara a su mujer, que, según su testimonio, el procesado le contó que sufrió malos tratos por parte de su esposa.

   La joven de 21 años e hija de una amiga del matrimonio ha indicado ante el juez que sabía que Carlos estaba casado, pero él le dijo que no tenía buena relación con su mujer y ante ello, Carlos le pidió "una relación estable", que pasó de ocultarlo ambos en un principio a pasear juntos en público, sin que a la amante le preocupara que pudiera ser vista por la mujer de Carlos.

   También ha declarado un testigo, que ha relatado que sobre las 2,00 horas del 15 de mayo escuchó "gritos desgarradores", procedentes, según él, de la orilla del río Guadalquivir, donde se encuentra el camino en el que apareció el cadáver. Además, otro testigo, que trabaja en la zona, escuchó a la 1,00 horas como unos perros ladraban, pero no vio nada, al encontrarse a oscuras el sitio.

   Asimismo, uno de los agentes que interrogó al presunto asesino al principio le notó "seguridad" al contar su relato, pero tras varias preguntas se empezó a poner "nervioso" y cayó en "contradicciones" de su versión.

PENA DE 20 AÑOS DE PRISIÓN

   El fiscal y la acusación particular solicitan una pena de 20 años de prisión para el acusado por la supuesta comisión de un delito de asesinato con la agravante de la circunstancia de parentesco y aprovechamiento del lugar y tiempo, según recoge el escrito de acusación fiscal, en el que también se solicita 145.000 euros de indemnización para la madre de la víctima, a la que supuestamente mató después de cambiar un seguro de vida para que a su muerte quedara abonada la hipoteca del piso que compartían.

   En concreto, el acusado mantenía un relación con su mujer, J.M.O.O., aproximadamente desde el año 1996 cuando se conocieron en Ecuador. En febrero de 2002 Carlos llegó a España y se instaló en Córdoba mientras que su mujer llegó en diciembre de ese mismo año.

   Desde el año 2002 hasta la fecha de los hechos, el 15 de mayo de 2011, Carlos y su mujer convivieron en el mismo domicilio, propiedad de ambos, en una relación sentimental "aparentemente normal", si bien en el mes de noviembre de 2010 Carlos supuestamente comenzó una relación con otra mujer, J.K.I.J., manteniendo ambas relaciones con "tranquilidad", según el procesado.

   Sin embargo, en febrero de 2011 su mujer tuvo "sospechas de la existencia de una tercera persona" y supo quién se trataba, por lo que "desde entonces la relación con Carlos se fue deteriorando", incluso "hablaron de separarse, aunque decidieron continuar la convivencia ya que no tenían medios suficientes para subsistir por separado".

   No obstante, a principios de abril de 2011, Carlos, "consciente de que era muy complicado romper la relación con su mujer y empezar una nueva vida" con la otra mujer, "decidió terminar con la vida" de J.M.O.O. y "comenzó a planificar el mejor modo de llevarlo a cabo".

DÍA DE AUTOS

   El día 14 de mayo, el acusado y su mujer supuestamente tuvieron una discusión, si bien posteriormente cenaron juntos en un restaurante de la capital sobre las 22,30 horas, aunque "antes de salir de casa, cogió un par de guantes de látex con el fin de evitar huellas cuando le diera muerte y un cuchillo de 20 centímetros que debió esconder en el coche".

   Ambos estuvieron en el restaurante hasta las 0,15 horas del 15 de mayo y tras salir del local, el acusado, "con el fin de consumar su acción criminal", le dijo a su mujer que "fuesen a dar una vuelta". Así, "con la finalidad de encontrar un sitio apartado con el que culminar con éxito su propósito", llevó a la víctima en su coche hacia un camino paralelo al río Guadalquivir, hasta llegar a "una zona oscura, tranquila y alejada" y se bajaron del vehículo en torno a las 1,00 horas.

   En este momento, el procesado "aprovechó para esconder entre sus ropas el cuchillo y coger los guantes de látex que llevaba preparados" y, según detalla el fiscal, "aprovechando la oscuridad de la zona, Carlos se puso los guantes y sacando el cuchillo" supuestamente llegó a asestarle cuatro puñaladas, con una de las cuales degolló a la víctima, y falleció de manera "inmediata".

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