No hay nadie mejor que Rafael Sanz Lobato (Sevilla, 1932) para captar la esencia y lo más puro de las tradiciones, ritos y costumbres de nuestro país. Al margen de corrientes y modas, el fotografo hispalense recorrió el territorio nacional de norte a sur y de este a oeste para recoger con su objetivo las escenas más representativas y costumbristas de cada pueblo que visitó.
Sanz Lobato documentó con su cámara el modo de vivir de las personas del campo, de los pueblos y ciudades de provincia, centrándose, sobre todo, en sus momentos de ocio y actividades festivas. El “fotógrafo de fin de semana”, como a él le gusta definirse, ha conseguido reunir una basta colección de instantáneas que de gran influencia para el fotoperiodismo contemporáneo ya que con ellas se puede explicar la transformación del mundo rural tradicional al actual.
Homenaje
Maestro del realismo documental y de la fotografía antropológica, la obra de Sanz Lobato ha inspirado a otros grandes fotógrafos como Cristina García Rodero (Puertollano, 1949). Ahora, ya retirado e impedido para su arte (sufre una degeneración macular en uno de sus ojos), regresa a la ciudad que le vió nacer rescatado casi del olvido en una exposición antológica que revisa casi la totalidad de su creación con la que el Ayuntamiento hispalense y el Ministerio de Cultura quieren rendirle homenaje.
'Rafael Sanz Lobato. Fotografías 1960-2008', que cuenta con la colaboración de la Fundación Lara, es una retrospectiva del trabajo del sevillano (Premio Nacional de Fotografía 2011 y galardonado con la Medala al Mérito en las Bellas Artes en 2003) compuesta por 137 fotografías originales del artista, que recorren toda su obra hasta 2008, convirtiéndose en la primera recisión de la totalidad de su creación. La muestra, que puede visitarse de forma gratuita hasta el 2 de marzo en el Espacio Cultural Santa Clara, contiene, además de sus típicas escenas costumbristas, una serie de bodegones y sus famosos retratos impregnados del neorrealismo italiano que tanto influyó en él.
