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Hay vida, hay esperanza (3-0)

Victoria muy importante frente al Granada para respirar en la Liga y volcarse de lleno en la Copa del Rey

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Triunfo contundente, nuevamente, en el Pizjuán. Ayer, los de Emery declararon en público su resurrección antes de la Copa. Ahora, a buscar la continuidad.


Sin ninguna reserva en el once inicial, con la obligación de ganar en la Liga y olvidando por un rato la cita copera, exceptuando la incursión del joven Julián Cuesta en la meta sevillista con motivo de la baja por lesión de Andrés Palop. Por su parte, los nazaríes recuperaban al ex bético Iriney que partiría desde el inicio en la medular granadina.


Con muchísima intensidad y ganas salió el Sevilla, aupado por la grada y con el deseo de agradar en una semana importantísima. La primera llegada, vía Reyes en el 6. Se sacó un chut muy duro desde 30 metros que casi sorprende a Roberto. El Granada no la olía. Pero clarísima la de que tuvo el Sevilla dos minutos después. Gran triangulación entre Cicinho y Navas, pero el palaciego no acertó con el pase de la muerte cuando la grada casi ya entonaba el gol. La jugada terminaría en un córner que remató impecable Fazio sobre el que respondió muy firme el meta granadino. A los diez minutos tan sólo faltaba el gol, ese que los de Unai ya comenzaban a merecer por méritos propios.


Una más. El mejor, Reyes, se fue de su par y ponía en boca de gol a Negredo que remató al guardameta. El partido del utrerano en los primeros compases era de sobresaliente y con una nota predominante, corría sin parar. Pero, entonces, el choque se detuvo en el tiempo. Los ataques locales amainaron y el Granada se sacudía minuto a minuto de inicio eléctrico de los nervionenses. Así llegó el primer acercamiento con cierto peligro de los visitantes. Un rechace al disparo de Orellana caía en el vértice del área a Nyom, que chutó muy duro, pero respondió bien Julián, mostrando los reflejos como una de sus cualidades.


Pero fue entonces cuando llegó el primer tanto sevillista. En el 30, un saque de esquina botado por Rakitic lo cabeceó de manera impecable el joven francés Kondogbia. Nada pudo hacer Roberto. Lo merecía el Sevilla. Y hasta pudo ampliar el marcador en una jugada personal del propio centrocampista en una jugada que terminó en una petición popular por un posible penalti no pitado.


Así se llegaría al tiempo de descano, con un Sevilla casi irreconocible. Seguían los síntomas de recuperación con una intensidad y agresividad patente sobre el terreno de juego que invitaba al optimismo. Hay  mimbres.


En la reanudación, sin cambios en ninguno de los conjuntos, el Sevilla reculó el equipo de Emery al cuarto de hora y nada ayudó ello al discurrir del duelo. El Granada merodeaba la meta de Julián, aunque sin mucho peligro. Pero la intranquilidad se apoderó de la grada y del equipo. Pero, el efecto visitante duró poco. El Sevilla supo salir y regresar al origen del partido. Así, en el 70, Rakitic aprovechó una buena combinación para internarse en el área y desde la izquierda ponerle un pase medido a la cabeza de Negredo, que no perdonó. El 2-0 sentenció el choque. Pero hubo tiempo para más. El tercero, obra de Medel, que remachó un rebote en un córner. Y pudieron ser más si el Sevilla así lo hubiese querido.


Ahora, a pensar en la eliminatoria más importante de la temporada. Obligado marcar en el Calderón y, sobre todo, regresar con vida. Hay esperanza. Este es otro Sevilla.

 

Julián, sueño cumplido con fecha de caducidad

Efectivamente, el joven meta granadino fue anoche el encargado de guardar la meta del Sevilla. De carambola, Julián se ha estrenado con el primer equipo, pero en su cláusula contractual con la entidad nervionense el futuro incierto del portero tiene fecha de caducidad, el 30 de junio. Cinco meses tiene para convencer y quedarse.

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