Hace ya bastantes partidos que cada jornada tiene aires dramáticos para el Cádiz CF. Pese a la leve mejoría en juego y resultados, el equipo sigue inmerso en las posiciones más bajas de la tabla clasificatoria, por lo que sumar de tres en tres resulta vital para escapar de la quema y asentarse en la zona intermedia del grupo.
Los nuevos fichajes han elevado la calidad de la plantilla, pero tampoco son lo que se esperaba tras tanto oír la cantinela de “el dinero no es problema para fichar”. Lo cierto es que al final sí lo ha sido y de ahí que la mayoría de caras nuevas provengan de equipos en los que no contaban o directamente de no tener equipo.
Josete se ha hecho con un sitio en el eje de la zaga, mientras que Granell ha tomado los mandos del medio campo. Peragón parece fijo arriba y Calderón también apunta a titular en la banda. Belencoso ha perdido fuerza en la delantera e incluso podría quedarse fuera de los elegidos si Raúl Agné decide apostar ya por Carlos Álvarez, el último refuerzo en vestirse de color amarillo esta temporada.
Quien seguro no estará ya con los cadistas es el guardameta Bernabé, cedido por sorpresa al Sanluqueño. Allí coincidirá con el que fue su compañero en el Cádiz esta campaña, Adrián Gallardo.
Bernabé aún tiene dos años más de contrato con el club amarillo, por lo que regresará una vez que concluya esta temporada.
Su lugar en el primer equipo será ocupado por Giuseppe Stancampiano, el guardameta que hasta la fecha ha estado defendiendo la portería del Cádiz B.
Con todos estos cambios, los gaditanos reciben en descenso directo al Villanovense, equipo que ocupa plaza de promoción de descenso justo por encima del Cádiz con dos puntos más. Ganar supondría adelantar esa posición como mínimo, pero perder alejaría la salvación, algo impensable para un equipo que aspiraba a estar en lo más alto y conseguir el ascenso a Segunda División A.
