El Recreativo de Huelva cumplió, no sin dificultades, la tarea asignada por Sergi Barjuan a lo largo de la semana, que no era otra que vencer en el Nuevo Colombino, para encontrar la estabilidad en la Liga Adelante. Venció al Numancia por dos tantos a cero, en un encuentro donde, nuevamente, la magia del canterano Chuli tuvo que hacer acto de presencia para salvar un nuevo traspié albiazul. El patrón de juego que desea implantar el técnico catalán a sus pupilos sobre el terreno de juego aún no se ha concretado, tras veinticuatro jornadas. No obstante, los albiazules, pese al escaso control del juego, supieron aprovechar las oportunidades de las que dispusieron para doblegar a su adversario. Un tema que ya tuvo cabida en este medio hace un par de semanas, en el que se explicó la importancia de la regularidad en Segunda División, una categoría donde la importancia del juego es solapada por la efectividad y el olfato goleador. Por otro lado, el Decano en este nuevo año ha vuelto a recuperar la fortaleza en el feudo recreativista, con dos victorias consecutivas ante Xerez y Numancia.
Respecto al juego individual del equipo, en líneas generales, se alzó con el aprobado. La defensa, salvo algunos despistes puntuales, mantuvo la compostura y subsanó las avanzadillas sorianas. Dicha parcela contó con la novedad de Pardo, que se situó junto a Morcillo en la zaga y cuajó un partido notable. En línea de ataque, la rapidez y el desborde estuvo protagonizada con éxito por Chuli, Alexander y Arana, reciente incorporación en el mercado invernal.
La única nota negativa de la cita fue la tarjeta amarilla que recibió Jonathan Valle, que suma la quinta y, por tanto, no podrá viajar con la expedición hasta tierras murcianas.
El próximo sábado, el Recreativo se enfrentará al Real Murcia en la Nueva Condomina a partir de las 18.00 horas. Un choque de gran importancia para los intereses onubenses, ya que se miden varios equipos de la zona alta de la clasificación. Por lo tanto, opción apetecible para sumergirse en la zona de play-off.
Los visitantes, se despidieron con las manos vacías. Fue un claro ejemplo del dicho ‘el fútbol no entiende de justicia’. Los sorianos disfrutaron de varias oportunidades, aunque la mala fortuna le costó una derrota. No obstante, ofrecieron una grata imagen, desarrollando el juego por las bandas y con las ideas claras. Le faltó la guinda del gol.