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Cádiz

“Al año se firman 130 convenios y dan problemas 2 o 3”

Uno de los principales objetivos del nuevo presidente de los empresarios, Javier Sánchez Rojas, será acabar con los tópicos que sepultan los valores de una provincia como Cádiz, “que demuestra con datos que lo tenemos todo para convertirnos en una potencia”

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  • Javier Sánchez Rojas. -

Hace un mes que Javier Sánchez Rojas se convirtió en presidente de la Confederación de Empresarios de la Bahía de Cádiz (CEC).  No obstante, conoce muy bien a la organización en la que lleva 20 años vinculado. En la siguiente entrevista, hablamos con él de las necesidades que tiene la provincia, la situación empresarial de la misma y los proyectos que no se han consumado y que son prioritarios.

—Lleva un mes como presidente de la CEC, ¿cómo se ha encontrado la organización?
—Es una organización que conozco porque antes de estar en el puesto de mando he estado doce años perteneciendo a la junta directiva encabezada por Miguel González, de quien he aprendido muchísimo. Además, estuve otros ocho años en la junta de Santiago Cobo, el presidente anterior a Miguel González, por lo tanto, el aterrizaje ha sido en un aeropuerto que conozco. Quiero aprovechar la ocasión para dar las gracias al presidente saliente por el gran trabajo realizado, y respondiendo a lo que me preguntaba, la verdad es que no me he contrado con ninguna sorpresa.

—¿Qué cambios internos y de cara al exterior necesita la organización?
—Hacia dentro creo que necesita unos pequeños ajustes, que hubiese efectuado cualquiera que estuviera en mi puesto en estos momentos. Esta organización es  un reflejo de lo que ocurre en las empresas, por lo tanto, son tiempos difíciles, en los que nos vemos obligados a llevar a cabo una reorganización interna y a pedirle a nuestro equipo humano que haga un esfuerzo añadido. En este sentido, he encontrado una magnífica respuesta por parte de los trabajadores. Tenemos que plantearnos qué organización tenemos y qué organización queremos tener y, sobre todo, qué organización están las empresas dispuestas a pagar.

—¿Cuáles van a ser sus principales ejes de actuación?
—No tenemos un sólo problema que afrontar. Quiero estar cercano a los territorios y los sectores, y me gustaría trabajar en la unidad y en la imagen provincial de la organización, porque eso tiene traducción económica. En el ámbito más personal, quiero que los empresarios encuentren en mí a un presidente cercano, dispuesto a aprender todos los días y a enterarse dónde están los problemas de la pequeña y mediana empresa de la provincia y también de las grandes empresas que están asentadas en la provincia.

—¿Qué le parece la propuesta de la alcaldesa de Puerto Real para rescatar el proyecto de las Aletas?
—La hemos recibido con mucho interés. Agradezco al Ayuntamiento de Puerto Real que ponga una propuesta en positivo encima de la mesa, que tendrá que ser estudiada y analizada por los demás miembros del Consorcio de las Aletas. Me parece una propuesta de las que desgraciadamente tenemos pocas. La generosidad entre las administraciones en aras del bien común cada vez es menos común. Utilizaremos la propuesta realizada por la alcaldesa de Puerto Real para que este proyecto siga adelante, porque considero que es prioritario para la provincia.

—¿Se olía un final así para este proyecto teniendo en cuenta todo lo que se ha mareado la perdiz en torno a esta iniciativa?
—No quiero hablar del final de las Aletas. Es verdad que este proyecto lleva demasiados años enquistado, pero desde el respeto a la legalidad, la voluntad política, social y económica tiene que encontrar salidas a esta situación. El final vendrá cuando por fin podamos inaugurar ese gran polígono.

—Usted ha reconocido que Cádiz es una provincia que tiene muchos tópicos, ¿la CEC va a hacer algo por eliminarlos?
—No todos son malos. Hay tópicos que ponen a determinadas sociedades como trabajadoras, o como ahorradoras, y yo me niego a creer que en Cádiz tengamos una genética distinta al resto de España, porque el gaditano es tan creativo, y tan trabajador como el que más. No podemos permitir que los tópicos negativos nos sepulten. Tenemos empresas líderes, sectores líderes, y somos la primera provincia andaluza en exportación, pero nos lo tenemos que creer y levantar la autoestima. Por mi trayectoria en la CEC he podido ver a muchos empresarios desanimados pero con muchas ganas de seguir ahí, con lo que a poco que el crédito vuelva, les saldrán las garras y ganas de pelear que tienen.

—La Asociación de Trabajadores Autónomos publicó hace pocos meses un informe que decía que al día 50 autónomos de la provincia se quedan en el paro ¿cómo valora estas cifras?
—No me gustan los contadores negativos. Contar el número de desempleados de un mes a otro añade poco valor, porque tendríamos que ver una frecuencia más amplia. Evidentemente, que haya autónomos que se vean en la tesitura de tener que cerrar el negocio, no nos gusta. Nos acordamos muchas veces por derecho propio de los trabajadores que están en desempleo, pero pocas veces nos acordamos de los empresarios y autónomos que al cerrar sus negocios han empeñado su vida, su patrimonio y muchos de ellos se quedan prácticamente desamparados. No intento dar lástima con esto que estoy diciendo, pero sí exponer una la realidad. El desempleo es una consecuencia del cierre de empresas y de la caída de las ventas. En esta provincia han cerrado unas 10.000 empresas desde que empezó la crisis.

—¿Imagino que dos condicionantes importantes para evitar el cierre de las empresas es que fluya el crédito y que se rebaje la presión fiscal?
—Sin duda, y además por ese orden. En estos momentos es importantísimo el crédito, y no sólo para las empresas, también para las familias, porque sería una manera de reactivar el consumo y que las familias puedan volver a plantearse comprar un piso, un coche, o cambiar de mobiliario. Ninguna empresa va a crear empleo porque tenga incentivos o estímulos para un tipo de contrato. Hay que partir de una ida básica que es que las empresas contratamos si hay demanda para ello, pero si la demanda no aumenta, no podemos contratar. En lo que se refiere a la presión fiscal, obviamente no nos ha gustado la subida del IVA y del IRPF, porque todo lo que sea meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos supone quitarles renta y un dinero que se puede dedicar a consumir.

—Los empresarios acogieron de buena gana la reforma laboral porque decían que era la manera de evitar los despidos, pero lo cierto es que en esta provincia ha servido para duplicar el número de expedientes de regulación de empleo...
—Me parece una buena medida en el peor de los escenarios y la peor de las coyunturas. El mejor plato irá para atrás cuando uno no puede comer, o el mejor médico irá para atrás si el paciente no puede sanar. De todas formas, creo que ha ayudado a que el cierre de empresas se haya podido frenar. Antes los empresarios nos debatíamos entre la quiebra o cerrar, y ahora con esta reforma tenemos otras alternativas para seguir aguantando. Volvemos a lo mismo, las grandes noticias negativas sepultan las medidas que aparecen en un escenario donde no hay movimiento económico.

—¿Cómo vamos a terminar el año? ¿Se fía de las previsiones de crecimiento para finales de 2013?
—No soy experto en nada, sólo en trabajar y sudar. Las pymes han desarrollado una gran capacidad de aguante y los empresarios somos especialistas ahora en sobrevivir, a la fuerza. A poco que se nos ayude, esto cambia. No sé si este año terminará mejor o peor, lo que si sé es que los empresarios tienen ganas de seguir, y a poco que encontremos un entorno proclive, saldremos adelante. Como provincia nos tendremos que plantear por qué tenemos los índices de paro que tenemos, porque estamos 10 puntos por debajo en densidad empresarial que la media, por qué esta provincia tiene más proyectos que otras en el limbo permanente y por qué estamos permanentemente viendo solares que pudieron haber sido, y no fue. Todo eso nos lo tenemos que preguntar como gaditanos, porque nadie tiene la culpa al cien por cien. La responsabilidad puede estar en parte fuera de la provincia, pero es evidente que dentro también tenemos cosas que preguntarnos.

—¿Cádiz tiene infinidad de recursos, sin embargo, por qué no termina de arrancar? ¿Qué es lo que falla?
—Ése es el reto y es uno de los temas en los que quiero insistir. Los empresarios tendremos que asumir una parte de la responsabilidad, pero también los sindicatos, los partidos políticos, las administraciones y la sociedad civil en general. Tenemos derecho a preguntarnos por qué las grandes marcas automovilísticas han decidido incrementar sus inversiones en Barcelona, Valencia, Valladolid, Sevilla y Vigo. ¿Dónde están las empresas de automoción que había en la provincia de Cádiz? A lo mejor estamos enseñando más de la cuenta conflictos que otros tienen y saben llevar con normalidad. Habrá que preguntarse si tenemos convenios que ahuyentan las inversiones, o las atrae; si tenemos mano de obra especializada, que yo creo que sí; si tenemos empresas especializadas en el metal, que también creo que sí.

—¿Qué opina de las protestas de los trabajadores del metal por el bloqueo de su convenio?
—Es un conflicto del metal y yo no quiero entrar aunque nos toque de alguna manera. No obstante, creo que alegan que la huelga se convoca porque el convenio está bloqueado. El pasado lunes, hubo una negociación de cinco horas y media, así que no veo dónde está el bloqueo. En esa negociación se hicieron propuestas que estaban muy cerca de llegar a encontrarse. Toda negociación de convenio requiere tiempo, sentido común, generosidad por ambas partes y ganas de llegar a una solución. Creo que las protestas del tipo que vimos frente a la sede de la Femca no ayudan. El que hace más ruido y amedrenta al ciudadano que libremente intenta transitar por la vía pública, no nos añade nada. Los tiempos de la confrontación deben pasar a la historia. Yo no le temo al conflicto, porque en democracia es la génesis a la solución de los problemas, pero hay determinadas líneas que no se deberían traspasar y apelo a esa sensatez. Suelo recordar que en esta provincia se firman en torno a 125 convenios colectivos al año, de los que se convierten en noticia 2 o 3, los más recurrentes. Esto quiere decir que hay una normalidad en un alto porcentaje. Por ejemplo en la hostelería, donde había un convenio firmado por tres años, se ha rebajado las condiciones salariales del convenio porque lo importante hoy es sobrevivir y mantener a flote las empresas y los puestos de trabajo. Si lo han hecho otros sectores, lo pueden hacer los demás, porque las pretensiones de los empresarios son las mismas.

—Ahora que las administraciones han cortado el grifo y que muchas empresas se han visto afectadas, se tienen que reinventar ¿la Confederación va a hacer algo por ayudar a las empresas a esa adaptación?
—Las pymes que antes trabajaba con cierta normalidad para las administraciones tenía el problema de que no cobraba. Ahora el problema se ha agravado, porque las administraciones no abren líneas de trabajo, por lo tanto, creo que es un error, considero que la obra pública y las inversiones generan economía y puestos de trabajo. En lo que se refiere a la morosidad, tengo que decir que fue una iniciativa estupenda el Plan de Pago a Proveedores del año pasado, pero ya estamos pidiendo la segunda parte, porque desde enero de 2012 que se puso el contador, hasta el día de hoy, los cálculos están en que la morosidad se ha incrementado en 10.000 millones de euros. Es lamentable que las pymes y autónomos estén sujetando a las administraciones y que hayamos llegado a una situación en que se convierta en noticia algo tan lógico como que las administraciones nos pagan por realizarles un trabajo.

—¿La provincia tiene remedio desde el punto de vista empresarial?
—Por supuesto, desde todos los puntos de vista. La provincia tiene realidades inconmensurables. Del foro de marcas renombradas a nivel nacional, tres son de la provincia de Cádiz. Llevo contadas 22 provincias que no tienen ni una sola. Tenemos el primer pueblo industrial de Andalucía, el primer puerto de mercancía de España, en temas agroalimentarios tenemos un montón de cultivos de primor que se están exportando y el 43% de la energía solar de Andalucía se genera en la provincia de Cádiz. Sobre esas realidades tenemos que intentar equilibrar la balanza. Hay que intentar que no se nos vaya el talento, que se creen más empresas y que las personas emprendan.

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