Los trece galeristas indios están situados en el Pabellón 6, el más abigarrado de los tres que ocupa este año Arco en Ifema, y el tráfico de visitantes, que desde primera hora ha sido constante y han abarrotado el interior y el exterior de los pabellones, buscando el sol, llega a ser asfixiante en los stand más pequeños.
Es el caso del que ocupa The Guild, cuya responsable, Renuka Sawhney, contempla atónita cómo la fotografía The last supper, una Santa Cena protagonizada por mujeres con vestimenta árabe, de Vivek Vilazini, desaparece ante sus ojos tapada por quienes pugnan hacerle fotos.
“Desde el primer día hay una especie de atracción fatal por esa fotografía”, explica riéndose Sawhney a Efe. Cuesta 19.000 euros y “es muy probable que se venda mañana –revela–Estamos felices porque le interesamos mucho a los coleccionistas”.
El primer día de feria esta galería vendió ya el tríptico que componen dos acuarelas y una especie de ventilador que tiene que custodiar ella misma con su cuerpo para salvarlo de “pisadas despistadas” como las que el año pasado rompieron en la galería alemana Rüdiger Schötle una obra valorada en 18.000 euros.
En la galería Ske, con precios desde los 2.000 euros a los 78.000, están “muy contentos” con el resultado y aunque saben que los “paseantes sólo vienen a hacerse fotos” también se descuelga algún coleccionista y se cierran negocios, como el que culmina en ese mismo momento con un apretón de manos.
Geetha Sakshi, de Sakshi Gallery, afirma que tenía “mejores expectativas”, aunque reconoce que el hecho de que ninguna de las pinturas que trae, todas de Riyas Komen, baje de 20.000 euros “quizá influya”. También suscita mucho interés la obra del indio Jitish Kallat, aunque él viene de la mano de la británica Haunch of Venisson, en el pabellón 8.
Kallat es el autor del camión que simula ser el esqueleto de un animal, el Aquasaurus 2008.
“Estamos en muy buenas negociaciones para su venta”, cuenta a Efe un “terriblemente complacido” Sam Chatterton, que no quiere aclarar si quien pagará los 280.000 euros que piden por ella es un museo o de un particular.
En la galería de Louise Bourgeois, la suiza Karsten Greve, están también “encantados”, según su responsable, y exhiben con orgullo piezas de la artista como Inner Ear, de 760.000 euros.