El Recreativo echa el cierre

Si el fútbol de élite es complicado en general, el de Segunda División, en particular, multiplica las dificultades.  Porque es una liga con demasiados equipos, y donde todo está muy ajustado, ya que la competitividad es grande, y hay muchos, que sólo aspiran a mantenerse, lo que hace que quienes quieren destacar, en pocas ocasiones puedan hacerlo con buen fútbol. Con este panorama, que el Recreativo haya salvado un año más la categoría, ya es todo un éxito que hay que celebrar. A pesar de que hay voces que hablan de temporada decepcionante, está claro que son aquellas que han olvidado que el objetivo del equipo era mantenerse en la categoría, para empezar a aspirar a cotas más altas, tanto como complicadas y necesarias, si el equipo quiere avanzar y crecer, como es el ascenso. Para eso, sin duda, lo primero será mantener una regularidad que en esta campaña ha brillado por su ausencia, y que ha condenado al equipo a una serie de altibajos, en forma de rachas ganadoras y desastrosas, que han contribuido a alejar al público del Nuevo Colombino. Porque las gradas poco pobladas casi todo el año, pero más cuando el Decano se instaló en una posición intermedia, sí han sido un punto negativo que los dirigentes del club albiazul deben analizar de cara a un año en el que, ellos mismos lo dijeron, el Recreativo debe luchar por volver a la Liga de las Estrellas. Hay que recuperar a la afición, que por otro lado, debe implicarse más con el equipo, en lo bueno y en lo malo, porque ser recreativista está por encima de todas las demás cosas. Los dirigentes tendrán que poner de su parte y anotar que los jugadores y el técnico deben ser más accesibles y que los aficionados deben poder disfrutar de los entrenamientos y tener actos donde la directiva los mime. El Decano se juega el año que viene, además, como todos, porque cuando la situación económica es precaria, todo cuenta, los cuartos, su viabilidad, y este es asunto al que todos debemos prestar atención y apoyo en la medida de lo posible. También hay que permitir la crítica de los medios, y aprender a vivir con ella. Beneficia a todos.