Bienvenidas las ayudas, pero insuficientes

El Gobierno ha dado a conocer una serie de ayudas económicas destinadas a las familias que más están sufriendo los efectos de la crisis, aquéllas que están afectadas por el desempleo. Así, según anunció Rodríguez Zapatero, los desempleados podrán aplazar el 50% del pago mensual de la hipoteca durante dos años. El máximo será de 500 euros al mes y la hipoteca no podrá superar los 170.000 en total. El presidente del Gobierno ha afirmado que el plan podrá beneficiar a 500.000 personas. En primer lugar, es de destacar que el Ejecutivo por fin vaya a realizar medidas reales contra la crisis en favor de los ciudadanos, que son quienes padecen sus letales efectos y no sólo beneficiar a los bancos con préstamos a cargo de los fondos de todos los españoles. Sin embargo, con estas medidas el Gobierno podría haber pecado de menos racanería, porque a los ciudadanos se les pone una serie de requisitos que cerrarán las puertas a muchos, mientras que a las entidades bancarias se les ha expendido poco menos que un cheque en blanco para que salgan a flote tras haber actuado irresponsablemente. Porque hay muchos españoles en el paro con una hipoteca mayor que los 170.000 euros de límite que ha impuesto el Gobierno y que, por lo tanto, no podrán acogerse a este plan. Se espera que lo peor de la crisis llegue en 2009. Entonces, quienes se queden en el paro y hayan constituido su hipoteca después de septiembre de este año tampoco podrán beneficiarse de esta protección, porque ése es otro límite que ha impuesto el Gobierno. No obstante, esta medida permitirá al menos a bastantes familias coger aire hasta que pase lo peor del temporal, que se espera -ojalá- remita en 2010. Eso sí, se echa de menos unas ayudas sin ambages a los ciudadanos como sí se les ha ofrecido a la banca.