El grave peligro de una ciudad contaminada

Nadie podía imaginar que hacer jogging, montar en bicicleta o jugar al aire libre para bajar de peso podría acarrearnos tantos perjuicios en una ciudad contaminada.
En efecto en el ambiente de estas ciudades, el aire está contaminado con otros compuestos derivados de la combustión de los motores de los automóviles, de las construcciones e industrias, así como de partículas de hollín, polvo, aerosoles y otras sustancias dañinas.
Todas estas toxinas son perjudiciales para nuestro organismo, y más cuando realizamos deporte porque consumimos un 20% más de aire, también, cuando ocasionalmente respiramos por la boca, con lo que pasan directamente a los pulmones. Los radicales libres se incrementan porque la contaminación provoca un efecto oxidativo y de envejecimiento, el sistema respiratorio, el cardiovascular y el cerebro resultan afectados, y además está vinculada con enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el mal de Alzheimer, según las investigaciones realizadas en la Universidad de Zuyd, en Holanda. Por ello se recomienda practicar deporte en parques o zonas donde no haya tráfico a primera hora de la mañana o por la noche. Según la Agencia de Protección al Ambiente de los Estados Unidos, se debe evitar una combinación especialmente peligrosa como es, la contaminación con humedad y altas temperaturas, si se dan estas condiciones, se deben inexcusablemente hacer los ejercicios en el gimnasio. En cualquier caso, nunca se debe dejar de hacer ejercicio físico porque aunque ejercitarse en aire contaminado con regularidad sustrae tiempo de esperanza de vida, no es menos cierto que el ejercicio regular lo agrega en mayor proporción. Así mismo, ello podría provocar inconvenientes a la hora de quedarse embarazada, por lo que se recomienda llevar una vida sana.
Y por si no tuviéramos bastante, La OMS advierte que la contaminación acústica que ocasiona el tráfico en estas ciudades es muy perjudicial, pues ocasiona insomnio, problemas de aprendizaje, pérdida de la productividad, disminución de audición, ataques al corazón e hipertensión.