Cuando Lila llega a la vida de Nuno, un joven divorciado que necesita alquilar una habitación para poder mantener la casa en la que vive, este no sabe la importancia que adquirirá la chica en su vida. Nuno comete esa noche un grave pecado que condicionará su relación con Lila, de la que poco a poco se irá enamorando.
A su vez, Lila trata de buscar a su madre para averiguar por qué la abandonó en un contenedor de basura cuando estaba recién nacida, algo que ha marcado profundamente su carácter y sus principios morales: Lila no quiere en su vida más traiciones ni mentiras, algo que deja claro a Nuno desde el principio.
Así afronta Luis Diogo su primer largometraje como director, guionista y productor, ‘Pecado fatal’ (Portugal, 2013), una historia de amor sencilla sobre la que siempre flota el peso de un secreto y que el director, cuya profesión habitual es la de profesor de dibujo en un instituto de su localidad de procedencia, ha conseguido producir con tan sólo 10.000 euros.
Los límites presupuestarios no han sido un freno para que Diogo cuente una historia que escribió tiempo atrás, cuando se dedicaba sobre todo al trabajo de guionista. “Tenía muchos guiones ya escritos que no se vendían, así que decidí hacer mi propia película”, comenta Diogo. “Rodé en mi localidad, en mi casa, con mi coche, y todo el equipo, que tiene otras profesiones, hizo la película en 17 días”, recuerda. “Me di cuenta de que hacer un largo no es como hacer tres cortos”, confiesa, “no es tres veces más difícil, es veinte o treinta veces más difícil”.
Su actor principal, Miguel Meira, también está en el Iberoamericano apoyando a su director y a esta, su primera película, puesto que antes solo había tenido pequeñas participaciones. “No ha sido fácil construir el personaje”, ha explicado Meira, “hay muchos momentos en los que tanto el director como yo mismo no sabíamos qué dirección iba a tomar el personaje de Nuno”.