El Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba ha llevado a cabo, por primera vez, una donación de órganos procedentes de un paciente en asistolia controlada. Concretamente, se han trasplantado con éxito dos riñones, procedentes del mismo donante, a dos pacientes que ya han sido dados de alta.
Según ha informado la Junta de Andalucía, en este tipo de casos los donantes son pacientes con daño neurológico irreversible, en situación terminal y que requieren de medidas de soporte vital. En el caso de que los familiares decidan retirar las medidas de soporte vital, dada las constatación de que la persona se encuentra en un estado irrecuperable, o bien que el paciente haya dejado constancia de su rechazo a este tipo de medidas en su testamento de voluntad vital anticipada, si el paciente cumple los requisitos para la donación y la familia así lo desea, tras ser desconectado --y una vez constatado el cese irreversible de la función cardiorrespiratoria-- se llevan a cabo los pasos necesarios para la donación, de acuerdo a la legislación vigente.
La limitación del soporte vital es una decisión que el equipo clínico, con el consentimiento de la familia, toma por consenso cuando se llega a un punto en que cualquier tratamiento adicional se considera inútil, de acuerdo con las Recomendaciones de los Cuidados al final de la vida de la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Semicyuc).
En España todos los días fallecen personas tras una limitación de tratamiento de soporte vital. Hasta hace poco, estas personas no podían ser donantes, aunque quisiesen, ya que no existían programas de actuación específicos que permitiesen esta opción, al contrario de lo que sucede en otros países de nuestro entorno como Reino Unido, Holanda, Bélgica, Canadá, Estados Unidos o Australia, donde este tipo de donación está muy desarrollado desde hace tiempo.
El doctor Juan Carlos Robles, coordinador de trasplantes del Hospital Reina Sofía, ha destacado que donar es un derecho de los ciudadanos y ofrecerles esta opción debe también formar parte de los cuidados al final de la vida. Actualmente existen en España unos 5.000 pacientes en lista de espera para recibir un trasplante, y como sociedad necesitamos seguir estimulando la donación para concienciar a la ciudadanía de que nuestros órganos pueden seguir dando vida después del fallecimiento, ayudando así a personas con una necesidad vital de ellos.
En este sentido, Robles ha resaltado también la importancia del acto de generosidad, esencial cuando se trata de trasplantes, que supone, en momentos de dolor tras la pérdida de un ser querido, tomar la decisión de donar sus órganos y tejidos permitiendo que los pacientes en lista de espera puedan recibir su tratamiento: el trasplante. De esta forma, surge la posibilidad de transformar una muerte en vida para los demás.
El resto de las donaciones que se registran son de pacientes en muerte encefálica. De ahí la importancia de la implantación en el Hospital Reina Sofía del modelo de donación en asistolia controlada, puesto que éste va a permitir incrementar el número de donantes y por tanto, la posibilidad de obtener más órganos para trasplantar a pacientes que lo necesitan. Se trata, por tanto, de un logro de todo el sistema español de trasplantes, y en particular del Hospital Reina Sofía de Córdoba, que ha desarrollado un programa que lo hace posible.
TIPOS DE DONACIÓN
La donación tras la muerte encefálica, la más habitual en España, es aquella en la que el donante ha fallecido por el cese completo de la actividad cerebral, como consecuencia, por ejemplo, de una hemorragia cerebral o de un traumatismo craneoencefálico. En este caso, durante unas horas deben continuar las medidas de reanimación para que la sangre siga circulando, lo que permite a la familia tomar la decisión de donar, sin que eso suponga un riesgo para la supervivencia de los órganos y su buen funcionamiento, una vez trasplantados.
En cambio, existe otro tipo de donación, que a su vez se divide en varios grupos; se trata de la donación en asistolia, o a corazón parado. Dentro de este grupo está la donación en asistolia no controlada, que es aquella en la que una persona sufre una parada cardiorrespiratoria irreversible, en la calle, en el trabajo, en su casa, etcétera, y en la que fracasan todas las maniobras de reanimación y el esfuerzo del personal sanitario para conseguir restablecer sus funciones circulatoria y respiratoria.
Con estos donantes el tiempo para efectuar la donación y el trasplante en mucho más limitado, ya que al pararse el corazón y dejar de bombear sangre, el oxígeno ya no llega al resto de órganos (tiempo de isquemia), reduciendo la capacidad de supervivencia y la validez de los órganos. De ahí la importancia de una respuesta rápida y coordinada de todos los profesionales implicados en el proceso de la donación, así como de la pronta autorización de la familia.
Por otro lado, está el donante en asistolia controlada, grupo en el que se incluye la donación que se ha llevado a cabo recientemente en el Hospital Reina Sofía. En este tipo de donaciones no todos los órganos son susceptibles de ser trasplantados ya que al tratarse de pacientes que han fallecido tras una situación de parada cardiorrespiratoria irreversible muchos órganos, como el corazón, quedan inutilizables. Sin embargo, sí pueden ser donados, por ejemplo, los pulmones, el hígado o los riñones, siendo estos últimos los más trasplantados.
En este sentido, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) aspira a lograr aumentar la donación en asistolia (parada cardiaca) del ocho por ciento actual al 30 por ciento del total de donaciones que se hacen en nuestro país. Los expertos están convencidos de que la asistolia controlada es la mejor vía de crecimiento de la donación en parada cardiaca.