Al menos doce personas han fallecido este domingo a consecuencia de un ataque presuntamente ejecutado por miembros de la secta islamista Boko Haram en la localidad nigeriana de Sandiya, ubicada en el estado de Borno (noreste), según ha informado la Policía.
El ataque ha tenido lugar apenas unos días después de que la Cámara de Representantes de Nigeria aprobara una ampliación de seis meses del estado de emergencia en los tres estados del noreste del país en los que el Ejército está combatiendo al grupo armado.
El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, ordenó el envío de soldados adicionales al noreste en el marco del estado de emergencia durante seis meses decretado en mayo, en un esfuerzo por aplastar a Boko Haram, que ha matado a miles de personas en los cuatro años que hace que se alzó en armas.
Jonathan pidió al Parlamento el pasado 6 de noviembre que ampliara el estado de emergencia en Borno, Yobe y Adamawa. El Senado ya dio su visto bueno el pasado 8 de noviembre.
Inicialmente, la campaña militar redujo la violencia, ya que los soldados recuperaron el control de algunas localidades, ciudades y zonas, pero los insurgentes han ofrecido resistencia. Los combatientes de Boko Haram se retiraron hacia las tierras semiáridas cerca de la frontera con Níger y la zona próxima a Camerún, desde donde han organizado contraataques y han intensificado sus ataques contra civiles.
Boko Haram quiere imponer la 'sharia' en este país de casi 170 millones de habitantes y poblado, casi a partes iguales, por cristianos y musulmanes.