Alrededor de 86 barcos de cerco que faenan en aguas del Golfo de Cádiz, con base en puertos de Huelva y Cádiz, han empezado una veda de 60 días de duración con el objeto de dar descanso al caladero y propiciar la regeneración de distintas especies como la sardina o el boquerón.
La veda obedece al acuerdo alcanzando entre el sector y el Gobierno central, y, como ha ocurrido en años anteriores, se llevará a cabo sin contar con subvención alguna, por lo que más de mil marineros se irán al desempleo durante dos meses.
Las embarcaciones que se dedican a esta modalidad en el Golfo de Cádiz están localizadas principalmente en el puerto onubense de Punta Umbría y en el gaditano de Barbate, con una treintena cada uno, y sus capturas principales son la sardina y el boquerón.
Esta parada es de obligado cumplimiento para que pueda seguir adelante la regeneración del caladero, garantizando la actividad en el futuro desde un punto de vista sostenible.
Esta modalidad de pesca se rige por el Plan vigente desde el pasado 15 de abril de 2013 que regula el caladero nacional del Golfo de Cádiz que por primera vez reúne en una única norma los planes de gestión del arrastre, cerco y pulpo en el arco atlántico andaluz, perteneciente a las provincias de Huelva y Cádiz, que viene aplicándose de forma independiente desde hace más de 5 años.
La aplicación de este plan de pesca en el Golfo de Cádiz, viene incidiendo en la recuperación de las distintas poblaciones de peces y mariscos objeto de captura por parte de la flota, por lo que ha demostrado ser una eficaz herramienta de gestión.