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Sábado 09/11/2024
 

Provincia de Granada

Padres de la fallecida en Canarias envenenada por su marido desean al condenado que su vida sea \"un infierno\"

Denunciarán al hospital en el que el procesado, enfermero, entraba para adquirir talio, con el que, según la sentencia, acabó con la vida

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  • PADRES -

Los padres de la enfermera granadina fallecida en 2010 en Telde (Gran Canaria) tras ser presuntamente envenenada con talio por su marido, condenado recientemente por la Audiencia Provincial de Las Palmas a 23 años de prisión por un delito de asesinato, le han deseado a éste, al que han tachado de "manipulador y frío", que "no tenga paz" y que su vida "sea un infierno".

   En rueda de prensa en Granada, Antonio González y Rosa María Aróstegui, han considerado que la muerte de su hija Laura fue un "crimen aberrante", "premeditado" y "calculado" y fue "planificado minuto a minuto" por el ahora condenado, que, según la sentencia emitida tras el veredicto de culpabilidad emitido por el jurado, comenzó a suministrarle talio --metal pesado cuya ingesta se considera altamente dañina para el ser humano-- a su mujer "cansado de las continuas discusiones y de los problemas económicos".

   Para ello, según los padres, se aprovechó de su condición de enfermero --profesión que también ejercía la fallecida-- y, pese a que se encontraba de baja laboral, estuvo entrando en su hospital, a la sala de medicamentos, y lograr así el suministro del "veneno". Por ello, ya han denunciado al centro hospitalario porque lo consideran "colaborador necesario" porque "hacía lo que le daba la gana y entraba y salía a su antojo".

   "Debería estar en la cárcel de por vida. Es muy peligroso. El mundo sin él es un poco más seguro", ha indicado la madre de la víctima, quien ha señalado que el marido de su hija la estuvo envenenando "día por día durante 15 meses". Él era "un ludópata" y tenía muchas deudas por las que no paraba de discutir con su mujer, que además le había amenazado con volverse de nuevo a Granada. "Se juntó el hambre con las ganas de comer y eso le despertó los fantasmas del pasado, porque mi hija ya lo había dejado una vez para volver con su novio de Granada", ha mantenido la madre.

   El padre, que ha agradecido la labor realizada por su abogado, la Fiscalía y los forenses del caso, se ha quejado por otra parte de la falta de ayuda ofrecida por el Gobierno o la Junta de Andalucía, y ha lamentado que su hija muriera "engañada" por su propio marido, el "criminal más grande que ha dado este país".

   Los padres aceptan la sentencia impuesta, aunque "como cualquier padre al que le arrebatan a una hija", hubieran deseado que el condenado se quedara "de por vida en la cárcel", porque el daño que les ha hecho sí que es "de por vida". "Tenemos que acatarla, pero lo que deseamos es que se cumpla íntegramente", han indicado los padres, que han informado además de que el abogado del condenado ya ha recurrido el fallo, ante lo que no tienen miedo porque creen que el caso "está muy claro".

JUICIO Y SENTENCIA

   El juicio del denominado 'Caso Talio' comenzó el 13 de enero y se prolongó hasta mediados de febrero, un tiempo en el que el jurado valoró la muerte de Laura Aróstegui, presuntamente a manos de su marido, en julio de 2010 en el Hospital Insular de Gran Canaria.

   El jurado consideró probada la culpabilidad de Iván.R.A. por tener indicios "suficientes" de que disponía de los conocimientos y medios para adquirir el talio y medicamentos y suministrárselos a su esposa en sus ingresos hospitalarios o en su casa. Su fallecimiento se produjo por un fallo multiorgánico y no debido a alguna enfermedad, como intentó sostener la defensa, según el veredicto.

   Así, señalaron que el acusado, "cansado tanto de las continuas discusiones como de los problemas económicos, decidió, desde meses antes de mayo del año 2010, acabar con la vida de su mujer", y comenzó "a suministrarle talio diluido en la comida".

   Además, le habría suministrado a su mujer, sin que se diera cuenta, benzodiacepinas, opiáceos e insulina, u otros medicamentos no pautados como el midazolam, morfina o codeína.

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