Al margen de la derrota del Betis ante el Atlético de Madrid y de la coyuntura institucional que la entidad heliopolitana vive en estos momentos, uno de los temas más comentados durante el partido y posteriormente, ha girado en torno a la actitud de la grada del Benito Villamarín.
Vaya por delante que los diversos cánticos y ovaciones que se dieron cita en el estadio, no representaron la totalidad de los más de 30.000 espectadores que se dieron cita para ver el choque; si bien, sí que podría hablarse de una amplia mayoría, que lejos de criticar con dureza el descenso inminente del bloque de Calderón, que tarde o temprano se producirá, la reacción de los aficionados registrados, fue de vitorear y ser más que condescendiente a lo largo de los 90 minutos.
Las iras se centraron en las decisiones arbitrales que Estrada Fernández fue dictaminando en el desarrollo del encuentro y sin embargo, tanto en la expulsión de Braian por una clara mano a destiempo como en la entrada de Nono (el autor del fatídico penalti definitivo en el Euroderbi), recibieron sonoras ovaciones, sobre todo en el caso del canterano verdiblanco.
Mención especial al conato animoso entre Gol Sur y Gol Norte una vez se consumía la derrota, que en esta última zona del Villamarín no se devolvió de manera recíproca.
Ahora, el debate linda con la conveniencia o no de una filosofía, la del ‘Manque’ pierda, que parece haberse quedado desfasada y poco acorde para una institución que necesita crecer y exigirse.
