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El CAI se lo volvió a poner difícil a un Madrid que jugó al límite

Los madridistas tuvieron que dar lo mejor de si mismos, en un enfrentamiento en el que solo en el último cuarto los blancos no llegaron a anotar veinte o más puntos

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El CAI Zaragoza volvió a quedarse cerca del triunfo pero de nuevo sucumbió ante el Real Madrid (95-101) en un digno partido de despedida de la temporada para sus aficionados ante un rival que se empleó hasta el límite y avanza hacia las semifinales de la Liga Endesa y que, dada su trayectoria esta temporada, es el máximo aspirante al título.

Los madridistas tuvieron que dar lo mejor de si mismos, en un enfrentamiento en el que solo en el último cuarto los blancos no llegaron a anotar veinte o más puntos, ante un rival que desde el primer minuto quería forzar el tercer partido y aunque tuvo algunas opciones para hacerlo terminó cediendo.

Desde su primera acción de ataque los madridistas, con lanzamientos desde la línea de 6,75 metros plantearon el reto a los zaragozanos de ir a un partido con muchos puntos y, lejos de rehuirlo, lo aceptaron.

El equipo de Pablo Laso salió decidido a anotar todo lo posible desde el triple y cuando no era capaz de anotar lo intentaba a base de velocidad, mientras que los maños no se dejaban intimidar por su poderoso adversario y eran capaces no solo de seguirles de cerca, sino que en diferentes momentos se pusieron por delante hasta alcanzar una máxima diferencia de cuatro puntos (35-31).

Los blancos intimidaban con su potencia en el juego interior y su mayor estatura para capturar los rebotes ante un conjunto rojillo que estaba dispuesto a forzar el tercer partido de la eliminatoria o vender muy cara su derrota.

Con Viktor Sanikidze liderando a su equipo en uno de sus días inspirados, los zaragozanos con la intensidad y dureza de las grandes citas protagonizaron un brillante primer cuarto que apuntaba a un partido con los dos conjuntos por encima de los cien puntos en su marcador final.

La profundidad de banquillo de los madridistas se dejó notar durante algunos minutos en la recta final del segundo cuarto en la que mantuvieron su anotación y los maños tenían más problemas para encontrar el aro rival lo que les permitió alcanzar la máxima ventaja hasta ese momento (47-55) a falta de minuto y medio, pero los locales querían irse vivos al descanso y lo lograron.

A los zaragozanos les costó algo arrancar en la segunda parte y vieron como su rival estiró un poco más la ventaja en el marcador, pero les contestaron con un parcial de 8-0 con dos triples para recuperar, aunque de manera efímera, el dominio en el marcador (65-64).

Pablo Laso decidió parar la sangría y le dio resultado ya que sus hombres volvieron con una mayor intensidad y consiguieron devolver el parcial a su rival, a todo ello se unieron algunas decisiones muy protestadas por los caístas que derivó en una técnica a Abós cuando pedía el mismo criterio arbitral en las dos zonas.

De ese río revuelto los más beneficiados fueron los madrileños que estiraron por primera vez su ventaja hasta una distancia de nueve puntos (72-81).

El triple inicial del último cuarto de Rudy Fernández permitió a su equipo por primera vez romper la barrera de los diez puntos (75-87), pero lejos de dejar tocados a los maños la reacción llegó con dos triples consecutivos con los que le decía a su rival que hasta el minuto cuarenta no estaban dispuestos a concederles la victoria.

Los rojillos siguieron apretando con un marcador que iba y venía pero su contendiente no era capaz de romper definitivamente el partido para cerrar la eliminatoria e incluso Laso tuvo que volver a reunir a su grupo con un tiempo muerto cuando el electrónico se puso 90-94 a falta de dos minutos y medio. Ahí se acabó el partido aunque los aragoneses tuvieron más de una opción para acercarse pero no fueron capaces de hacerlo.

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