La Audiencia de Sevilla ha condenado a tres años y medio de cárcel a tres personas que robaron y secuestraron a un ama de casa en su domicilio, para lo que la mujer procesada se vistió con traje de ejecutivo para ganarse su confianza al llamar a la puerta.
Una sentencia de la Sección Cuarta de la Audiencia, a la que ha tenido acceso Efe, condena ahora a tres años y medio de cárcel a la mujer acusada del robo, que no pudo ser juzgada en el año 2013 junto con sus dos compinches porque estaba fugada de la justicia.
La acusada, vestida con traje ejecutivo, llamó a las 13 horas del 18 de noviembre de 2009 a la puerta de una vivienda de Carmona (Sevilla) y la dueña le abrió de inmediato puesto que la confundió con otra persona.
Cuando la puerta estuvo abierta, uno de sus cómplices entró en el domicilio con una pistola en la mano, encañonó a la mujer en la cabeza y la obligó a tumbarse en el suelo mientras le decía "te vamos a matar".
La víctima fue atada de manos, le metieron un trapo en la boca para que no gritara y le dieron patadas en el costado para que revelara el lugar donde guardaba sus objetos de valor, al tiempo que la acusada le decía que "rezara por sus hijos porque la iba a matar", según la sentencia.
Añade el veredicto que los ladrones consiguieron apoderarse de 2.000 euros en efectivo y de joyas valoradas en 8.395 euros, que se repartieron con otro cómplice que les esperaba en un coche para darse rápidamente a la fuga.
La acusada es de nacionalidad chilena y se encuentra en España sin residencia legal, por lo que la sentencia sustituye la pena de cárcel por su expulsión del país y la prohibición de regresar en nueve años, así como el archivo de cualquier procedimiento que tenga abierto para obtener la residencia o el permiso de trabajo.
Los jueces imponen a la condenada, al igual que antes hicieron con sus dos cómplices, el pago de los 10.395 euros robados y de otros 150 euros como indemnización a la víctima, que sufrió una crisis de ansiedad y un dolor de espalda de que tardó en curar tres días.
Sus dos compañeros, nacidos en Sevilla y en Murcia y uno de ellos residente en Carmona, fueron condenados unos meses antes a la misma pena de tres años y medio de cárcel por un delito de robo violento y a una multa de 180 euros por una falta de lesiones, en todos los casos con la conformidad de los tres acusados.
