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Sábado 16/11/2024
 
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Los investigadores sugieren un mal funcionamiento de una de las cajas negras del avión de Swiftair

El director de la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) de Francia, Rémi Jouty, ha explicado este jueves en rueda de prensa que la banda magnética incluida en una de las grabadoras se encuentra tan dañada que los registros contenidos en ella \"no son aprovechables\"

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Los investigadores franceses que analizan el accidente del avión de Swiftair en el norte de Malí no pueden acceder a los registros de conversaciones entre los dos pilotos del vuelo AH5017 de Air Algérie y han sugerido la posibilidad de que una de las dos cajas negras, la que registra las voces, funcionase mal antes del impacto.

   El director de la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) de Francia, Rémi Jouty, ha explicado este jueves en rueda de prensa que la banda magnética incluida en una de las grabadoras se encuentra tan dañada que los registros contenidos en ella "no son aprovechables".

   Fuentes consultadas por la emisora Europe 1 han asegurado que esta caja negra no funcionaba antes del siniestro. Jouty también ha afirmado que la grabadora no funcionaba correctamente por motivos "desconocidos" y que no se deberían al impacto, aunque ha aclarado que "el aparato parecía registrar".

   "Hemos tomado medidas para ver si es posible extraer algunas informaciones", ha añadido Jouty, que no se ha mostrado especialmente confiado con la posibilidad de terminar conociendo los datos contenidos en la caja negra, informan los medios galos.

NO EXPLOTÓ EN VUELO

   Las investigaciones realizadas hasta el momento sí han servido a la BEA para descartar que el avión se hubiese "desintegrado" antes de impactar contra el suelo, aunque Jouty ha insistido en que todavía no se puede eliminar al cien por cien la posibilidad de una "acción deliberada".

   Respecto a los registros realizados sobre el terreno, el director de la BEA ha confirmado que el personal desplazado al lugar del impacto no ha encontrado "ningún elemento anormal", lo que vendría a descartar la posibilidad de un artefacto explosivo a bordo.

   Los investigadores sí han podido confirmar tras los análisis realizados a las cajas negras que el avión volaba a una velocidad de 740 kilómetros por hora antes del siniestro y cayó de forma brusca, lo que provocó un impacto contra el suelo "extremadamente violento", como lo ha descrito Jouty.

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