El teniente de alcalde de Mantenimiento Urbano, Damián Bornes, sale al paso tras las críticas socialistas y no ha podido sino considerar como error el envío ayer por parte del PSOE de un comunicado de prensa criticando el “embotellamiento” de la Avenida Rey Felipe VI. Bornes quiere pensar que se trata de un error del Partido Socialista porque en cualquier rincón del planeta Tierra todo carril en proceso de asfaltado tiene necesidad de ser cortado al tráfico.
Bornes explica a los señores del PSOE que es literalmente imposible que los coches circulen por encima de las máquinas y de los obreros. “Es posible que al PSOE no le apetezca ni le guste ni le parezca bien que se asfalte la avenida Rey Felipe VI. Creo que no, pero viniendo de este grupo municipal todo es posible, pero de ahí a criticar que para asfaltar una calle se corte ese carril, por fuerza tiene que ser un error”, ha señalado Bornes.
Pero no queda ahí el error del PSOE. Porque las principales retenciones no se están produciendo en la Avenida Rey Felipe VI por estos trabajos de asfaltado, sino que se están produciendo en la Avenida de Europa a consecuencia de las obras de urbanización de la margen izquierda del Río. Una obra que, como debería conocer el PSOE, está realizando la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, una administración gobernada por el PSOE.
“En el PSOE no se enteran de la Misa la mitad. Confunden las obras de asfaltado de una avenida con las de urbanización de otra zona de El Puerto. Confunden unos trabajos municipales con unas obras de Autoridad Portuaria”, ha denunciado Damián Bornes, quien considera que “el afán del PSOE por culpar al equipo de Gobierno hasta del tamaño de las gotas de la lluvia le lleva a hacer ridículos realmente espantosos”.
Además, por si fuera poco, las obras se están realizando en un tiempo récord y justo entre el verano y la época de lluvias para que se pueda aligerar al máximo y se causen los menos problemas posibles. “La política ficción del PSOE les lleva a pedir que los coches vuelen por encima de las máquinas, que se hagan obras sin que se hagan obras, que las máquinas y los obreros sean invisibles y entonces, dirán, que no ven que se actúe”, concluye Bornes, quien pide a De la Encina que ponga un poco de orden y cordura entre los suyos para evitar ridículos de esta magnitud.