La Misión Conjunta para Siria de la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW), encargada de llevar a cabo la destrucción del arsenal químico sirio, ha concluido su mandato y puso fin a sus operaciones en el país el 30 de septiembre.
El director general de la OPCW, Ahmet Uzumcu, ha elogiado a través de un comunicado el papel llevado a cabo por la misión conjunta y ha destacado que este ha sido "vital" para garantizar el éxito de los esfuerzos internacionales para destruir el arsenal químico sirio.
Así, ha destacado que esta operación "es un claro ejemplo de lo que la cooperación entre organizaciones internacionales puede lograr en el campo del desarme", al tiempo que ha aplaudido la labor llevada a cabo por la coordinadora de la misión conjunta, Sigrid Kaag, y el resto del personal.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha expresado su "profunda gratitud" a Kaag y al personal de Naciones Unidas y la OPCW por sus trabajos. "La Misión conjunta ha realizado con éxito su trabajo durante los últimos doce meses bajo circunstancias extremadamente problemáticas y complejas", ha destacado.
Ban ha subrayado además la necesidad de un mundo libre de armas químicas y ha reiterado su llamamiento a los países que aún poseen armas de este tipo para que se adhieran a la Convención sobre Armas Químicas.
Siria aceptó en septiembre de 2013 que se destruyera su arsenal químico al completo, en un acuerdo negociado entre Rusia y Estados Unidos. El presidente sirio, Bashar al Assad, aceptó el plan después de que Washington amenazara con utilizar la fuerza en respuesta al ataque con gas sarín que acabó con cientos de personas el pasado 21 de agosto de ese año en las afueras de Damasco.