El profesor del Departamento de Filología Española de la Universidad de Jaén (UJA) Rafael Alarcón Sierra acaba de publicar 'Vértice de llama: El Greco en la literatura hispánica. Estudio y antología poética', de Ediciones de la Universidad de Valladolid, coincidiendo con el final del 4º centenario del pintor.
Alarcón explica que el libro “es un diálogo de estética interartística, principalmente entre pintura y literatura, donde también intervienen la música y el cine, que muestra cómo la revalorización del Greco no es un descubrimiento sino una construcción, que hace al pintor contemporáneo de cada movimiento estético que lo reivindica”.
La obra consta de dos partes, una de estudio y otra sobre una antología poética. En la primera, el autor analiza a El Greco como “un fecundo anacronismo moderno”, reflejando la historia de cómo un pintor tomado por extravagante y solitario, que nace en Creta y recorre Europa de un extremo a otro (Venecia, Roma, Toledo), acaba siendo considerado el iniciador de la escuela de pintura española, “un genio indiscutible y un antecedente de todos los movimientos de vanguardia, del simbolismo al expresionismo”, como asegura el autor. “Es un proceso que se conforma paralelamente en la plástica, la literatura y la historia del arte”, concreta Alarcón.
El estudio combina historia y crítica, establece un diálogo entre las artes (de la pintura al cine), los textos y las mentalidades, y construye su relato a través, pero no únicamente, de la literatura hispánica, en gran medida responsable de la lectura del cretense, donde ha dejado amplia huella en textos ensayísticos y de creación.
A la visión de El Greco y su obra en la poesía hispánica se dedica la más extensa y novedosa parte del ensayo, que va seguida de una antología poética nunca antes realizada, de Góngora a Pablo García Baena, Machado o Alberti, entre otros. En este sentido, Alarcón dice que hay un Greco “romántico” o “institucionista” como hay un Greco “simbolista, modernista, cubista, expresionista y hasta postmoderno”. “De la suma de composiciones líricas podemos concluir que la observación, lectura e interpretación de las imágenes pictóricas tiene también su temporalidad y su memoria, que siempre es compleja y polirrítmica”, concluye.