En el cuarto peor país del mundo para nacer mujer, Anna Ferrer (Essex, 1947), dirige Fundación Vicente Ferrer, la gran obra iniciada por su difunto esposo hace 46 años que tiene hoy más de 2,6 millones de beneficiarios en 3.000 localidades de la región de Anantapur, muchos de ellos mujeres con las que se trabaja para que tengan su propia voz, porque, como afirma, "mientras las mujeres indias sean ciudadanas de segunda seguirán los ataques y las violaciones contra ellas".
"La violencia no es algo nuevo y es un problema muy grande, pero empieza a haber más conciencia en la sociedad. Las mujeres están progresando, andan en las calles de Nueva Delhi y Mumbay bien vestidas, tienen educación e independencia. Los hombres que no pueden tolerar eso y que probablemente, no tienen mucha educación, son los que las atacan y las violan. Es el precio del progreso también, pero sobre todo, es la sociedad patriarcal en que vivimos y que tenemos que cambiar", explica en una entrevista con Europa Press.
Tras 46 años de trabajo en desarrollo integral, la Fundación está volcada en la consecución de la igualdad de género y se emplea con las comunidades para que ellas protagonicen avances como la extinción del matrimonio infantil o la desaparición definitiva del aborto selectivo, una práctica prohibida ya en las leyes que conforme recuerda Ana Ferrer, sigue vigente. Diez millones de niñas han dejado de nacer en los últimos 20 años en India, donde se calculan 600.000 abortos selectivos cada año.
Sobre este asunto, expone un problema que viene detectando la Fundación y que también tiene que ver con la dote --el beneficio económico que recibe el hombre de su familia política--, otra costumbre que sobrevive a la legislación. Sólo en uno de sus hospitales en Anantapur ingresan de media 35 pacientes al mes por intento de suicidio, 1.643 desde 2010. La mayoría son mujeres que han tratado de quitarse la vida por asuntos relacionados con estos matrimonios concertados.
"Estoy muy sorprendida de que en nuestro hospital hay 400 personas o más que llegan tras intentar suicidarse. Si pensamos en los que llegan a los distintos hospitales el número es muy alto sólo en Anantapur. La mayoría son mujeres y jóvenes y sus problemas, de la dote, porque a veces hoy en día la chica o el chico quiere seleccionar su propia pareja, no quiere un matrimonio concertado y cuando no aceptan los padres, quiere suicidarse", explica.
Ferrer incide en que en los hospitales de la fundación "se salva la vida de la mayoría de estas personas", pero en otros centros no tienen el equipamiento necesario para hacerlo. Una vez dadas de alta, cuentan con una red en el campo que intenta hacerles un seguimiento. "Es un proceso lento erradicar esto. En el desarrollo hay cosas que puedes realizar más rápido, pero para cambiar malas costumbres como la dote o los matrimonios infantiles, hacen falta muchos años para tener un resultado", plantea.
Recuerda que durante los primeros años, el equipo de Vicente Ferrer no podía trabajar con las indias. "Teníamos que trabajar a través de los maridos y poco a poco, cuando llevábamos ya siete años ayudando a los hombres de la comunidad, empezaron a confiar en nosotros. En el año 32 nos dejaron libres para trabajar directamente con las mujeres. Empezamos a organizarlas en grupos, los 'sanghams', donde tienen una identidad, una plataforma para hablar de sus problemas y buscar soluciones, pero no empezamos en aquellos años a hablar de igualdad como ahora, sino de cosas más suaves, como higiene, nutrición o educación", señala.
En todo caso, defiende que legislar no puede ser la única solución. "El Gobierno ha hecho muchas normas a favor de las mujeres, pero necesitamos campañas sobre igualdad de género, talleres de concienciación tanto para las mujeres como para los hombres", afirma. Desde hace tres años, la Fundación ha incorporado a los varones a estos talleres y confía en que "aunque lleve muchos años", el esfuerzo acabe generando un cambio real.
INDEPENDENCIA SIGNIFICA VOZ
El principio de este cambio pasa, según explica, por ellas. "Como en España, cuando tienes independencia económica siendo mujer, automáticamente tienes más respeto en la sociedad y en la familia. En España hace años pensaban que el deber de las mujeres era tener hijos y cocinar. En India es así todavía en las zonas rurales, pero cuando una mujer tiene capacidad de ganar dinero y contribuir a la economía familiar, entonces tanto los maridos como los niños escuchan su voz. Tiene voz en la sociedad y en la familia", asegura.
Por eso, desde hace siete años la Fundación anda inmersa en una iniciativa que con el nombre 'De Mujer a Mujer', involucra a las españolas en el empujón que necesitan las indias para su independencia. Se trata de donar 9 euros al mes que apadrinan a un grupo rural de mujeres (sanghams). Un 60% del importe va directo a la cuenta corriente de una de ellas, que deberá ahorrar las transferencias durante siete años, al cabo de los cuales, invertirá en un negocio, en educación de sus hijos o en necesidades sanitarias. Más de 12.100 españolas están ayudando ya 26.641 mujeres indias de este modo.
"Con ese capital y los intereses que genera, nosotros animanos a las mujeres a montar un pequeño negocio y los beneficios serán solos suyos, no tienen que dárselo a sus maridos, como hacen cuando trabajan en el campo como jornaleras. Esto no. Muchas lo que están haciendo es ampliar el pequeño negocio que ya abrieron con fondos de la Fundación. Por ejemplo, una mujer que tenía un negocio de saaris y vendía 20 al mes, con este proyecto vende ahora de 200 a 300 al mes", explica Ferrer.
Para difundir el proyecto en España, Fundación Vicente Ferrer ha puesto en marcha una campaña a partir de la visita que cinco mujeres españolas --las periodistas Àngels Barceló y Cristina Pardo, la actriz Silvia Abascal; la directora general de Facebook España y Portugal, Irene Cano y la Presidenta de DIA, Ana Mª Llopis-- hicieron a Andhra Pradesh para conocer esta red internacional de solidaridad y que ha quedado plasmado en un corto documental dirigido por Jorge Martínez.