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Sábado 16/11/2024
 

Jerez

Padilla corta tres orejas y abre la puerta grande

Morante de la Puebla y José María Manzanares se marcharon de vacío

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  • Padilla a hombros -

El torero Juan José Padilla cosechó hoy en su tierra, Jerez de la Frontera (Cádiz), un triunfo de tres orejas, que le permitió abrir la Puerta Grande, mientras que Morante de la Puebla y José María Manzanares se marcharon de vacío.

 

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Núñez del Cuvillo, faltos de presencia y de condición noblota.

Juan José Padilla, oreja y dos orejas.

José Antonio "Morante de la Puebla", silencio y ovación tras aviso.

José Maria Manzanares, oreja y ovación.

En cuadrillas, saludaron, tras banderillear al tercero, Curro Javier y Luis Blázquez; y en el sexto hizo lo propio Rafael Rosa.

La plaza rozó el lleno en tarde agradable.

 

TRIUNFO DE LA TIERRA

Padilla tuvo un buen toro de pelo jabonero de primero. Obedecía a los toques y se movió con transmisión. En la faena de muleta duro poco pero Padilla logró sacarle algunos pases largos y templados.

Su segunda faena tuvo mas voluntad que toreo. El toro tenía cierta brusquedad a la que Padilla pudo tapar con disposición. Clásica faena del jerezano con desplantes y entrega a raudales. Tanto gustó su trasteo, que cortó dos orejas tras un feo bajonazo.

Morante le hizo el quite a su primer toro a la verónica, lances lentos y bellos, muy jaleados por su legión de partidarios. La faena tuvo altibajos, sin llegar de redondear.

En su segundo estuvo voluntarioso, pero el toro tenía una embestida pajuna. El de la Puebla acompañaba con garbo los embroques, pero a la faena le faltó enjundia y rotundidad, a pesar de alguna tanda con la derecha y de pases sueltos como el de la firma, o el trincherazo. Falló a espadas.

Manzanares tuvo un primer toro distraído en los dos primeros tercios y deslucido en la muleta. El alicantino estuvo intermitente, con muletazos reunidos y otros en los que sacaba al toro por fuera. Oreja fácil.

Su segunda faena fue técnicamente perfecta, pero le faltó alma. Esa hondura necesaria que hace el toreo excelso y que se basa en la reunión en la cadera, sin desplazar al burel fuera de cacho. Falló también con los aceros

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