Merkel recibió en la Cancillería a Karzai, en un momento en que el presidente afgano se encuentra bajo presión internacional por los escasos progresos de su Gobierno en la reconstrucción del país y cuando necesita el apoyo máximo para ser reelegido.
Karzai explicó a Merkel que uno de los problemas consiste en que la Policía no ha alcanzado todavía el grado de efectividad necesario para hacer frente a todas las amenazas.
Por ese motivo, la canciller prometió hacer lo que esté en sus manos, siempre y cuando ello no constituya un aumento de sus efectivos desplegados, “pues Alemania ya hace lo que puede”.
“Hay que lograr que la Policía, que tan sólo ha concluido su formación en un diez por ciento, consiga ser mejor en menos tiempo”, dijo Merkel, quien quiso enviar un mensaje de apoyo al presidente, pero evitó hacer demasiados elogios.
Afganistán “va por buen camino”, pero todavía hay “luces y sombras” y serán necesarios muchos esfuerzos, indicó Merkel, quien subrayó que no quiere dibujar las cosas mejor de lo que están.
Karzai, por su parte, agradeció una vez más al Gobierno alemán todo lo que ha contribuido en la reconstrucción del país y resaltó que la inestabilidad es sobre todo patente en aquellas regiones donde no hay efectivos de la comunidad internacional.
Tanto Merkel como Karzai constataron la buena cooperación que ha habido hasta ahora entre las fuerzas de seguridad y el presidente afgano citó el ejemplo de la reciente detención de un dirigente talibán por parte de las fuerzas alemanas.
"Esta operación exitosa refleja la buena cooperación que existe entre los ejércitos de ambos países", dijo.
El presidente reconoció que su Gobierno no tiene apoyo en todo el territorio afgano, pero subrayó que la inestabilidad se produce en provincias como Hilmand, en la frontera con Paquistán, donde no hay la misma cooperación con las fuerzas internacionales que existe en otros lugares.
Tanto Merkel como Karzai manifestaron su gran preocupación por el incremento de las actividades de los talibanes en territorio paquistaní, pero manifestaron su confianza en que el Gobierno de Islamabad actuará "enérgicamente".
En ese contexto, la canciller mostró su satisfacción por el "diálogo" que han entablado Afganistán y Paquistán.
Por otro lado, el presidente afgano reconoció que el reciente bombardeo estadounidense en la provincia de Farah, en el oeste del país, constituye un problema adicional para su Gobierno, "pero también para la comunidad internacional".
El ataque que provocó un elevado número de víctimas civiles -la cifra se desconoce porque ya están enterradas- ha supuesto un nuevo revés a la reputación interna de Karzai, a quien en su país los críticos consideran demasiado pro-occidental.
Según informaciones recogidas por la prensa alemana, en Kabul alrededor de un millar de jóvenes se manifestaron ayer contra Karzai y las fuerzas lideradas por Estados Unidos, con gritos como "Muerte a Estados Unidos" y "Larga vida para el Islám".
Actualmente, hay más de 3.000 soldados y 60 policías alemanes destacados en Afganistán.